El asunto de los servicios públicos, uno de los más coyunturales en el municipio, se convirtió en esta campaña electoral en la punta de lanza de algunos candidatos a la Alcaldía de Cúcuta, quienes han fijado posición en sus planes de gobierno, respecto a cómo operará el sistema de acueducto que se encuentra concesionado.

Tal es el caso de Jorge Acevedo, del Movimiento Todos x Cúcuta, quien  en su tercer intento por convertirse en el próximo alcalde de los cucuteños, ofrece una gestión en la que quedarán por fuera las concesiones, pero en especial, la de Aguas Kpital.

Para el aspirante, el contrato 030 que se firmó el 2 de mayo de 2006 entre la Alcaldía de Cúcuta y dicha empresa llegará hasta el 2026, fecha en la que se vence la prórroga de cinco años que se le dio en 2020 porque, en principio, su duración era de 15 años y seis meses.

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No es un ataque a la empresa, aclaró Acevedo, pero sí parte de lo que sería su política de gobierno puesto que se opone a que el dinero que pagan los cucuteños por los servicios públicos termine en  manos de privados, en lugar de ser invertido en el municipio. “Si ustedes se ponen a revisar el contrato de Aguas Kpital, hoy a la ciudad no le está quedando nada”, precisó.

De allí nació su idea de crear lo que denominó Empresas Públicas de Cúcuta (EPC). Según el, se podría hacer mediante una asociación público-privada, pero en la que el municipio reciba un mayor porcentaje de utilidades.

Aunque no hay mucha claridad acerca de cómo podía operar esta alternativa, Jorge Acevedo sostuvo que es un proceso posible y que, en últimas, sería algo tan sencillo como cambiarle el nombre a la empresa de acueducto y alcantarillado EIS Cúcuta.

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“Cuando yo fui concejal entendí el tema financiero y Cúcuta es una ciudad que en ese aspecto tiene unos problemas muy serios y muy fuertes. Nosotros entregamos hace muchos años unas concesiones que le han hecho mucho daño a la ciudad”, notificó.

Acevedo observó que en los dos años que restan de funcionamiento de la concesión, se abonará el camino para ese cambio, pero que de momento será la EIS Cúcuta la que se encargue de la operación, ampliación, rehabilitación y mantenimiento de la infraestructura.

“Lo mismo que en dos años se acaba la concesión del relleno sanitario y en dos años tenemos que iniciar el proceso para que Cúcuta sea la que entre a manejar el servicio de aseo”, afirmó.

El candidato agregó que su proyecto es generar una institución como la EPM de  Medellín que es propiedad de ese Distrito y que bajo la figura de “empresa industrial y comercial del Estado”, presta servicios de energía eléctrica, gas por red, agua y saneamiento y telecomunicaciones.

‘No es viable en cuatro años’

Diana Ramírez, consultora en planeación territorial, reconoció que la operatividad que ha tenido Aguas Kpital no ha sido la más favorable para el municipio en términos de eficiencia y efectividad, pero que propuestas como la de Jorge Acevedo le parecen poco viables a término de un cuatrienio.

La analista comentó que una de las grandes debilidades que ha tenido la concesión del acueducto en el municipio ha sido la falta de articulación entre el operador privado y la administración, lo que trajo problemas como los de la recuperación de la malla vial porque, por ejemplo, se hicieron intervenciones innecesarias y  se desperdiciaron recursos.

“Fue así como se intervenía una cuadra y al mes tenían que destaparla porque Aguas Kpital tenía que hacer cualquier cosa. Entonces, la empresa destruía lo que acababan de asfaltar y venían los subcontratistas a medio rellenar con asfalto a su manera, sin reunir las condiciones mínimas del estándar, sin un proceso de interventoría, sin que nadie verificara cómo se hicieron esas obras que no era sostenibles y eran recursos que se perdían”, dijo.

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Aunque considera que dar por finalizada la concesión sería una decisión acertada, opinó que la decisión de crear una empresa de servicios públicos no es algo que pueda lograrse en cuatro años, citando ejemplos como el de EPM que –señaló- fueron proyectos tras los cuales hubo muchos estudios que se trazaron con una visión mínima de 10 años.

Por otro lado, manifestó que estas decisiones no pueden tomarse de manera unilateral, sin pensar el impacto que podría tener para otros municipios en una ciudad metropolitana. “Las decisiones de Cúcuta, en el futuro, pueden impactar justamente en el resto y no podemos seguir pensando en el municipio como aislado del resto”.

A Diana Ramírez, le resulta un poco descabellado hacer una propuesta sin una proyección, sin un manejo de cifras o efectividad de cómo está la operatividad de la EIS Cúcuta en este momento, así como del estado del sistema de acueducto y alcantarillado porque algunas de los debilidades se han subsanado. 

“No son decisiones que se deban tomar tan a la ligera y, más allá de eso, tiene que desarrollarse un ejercicio de consultoría, de participación ciudadana. Se tiene que consultar a los cucuteños porque es el bolsillo de ellos también. Cuando tú propones algo de esta envergadura sin un ejercicio de planeación urbana estás yendo por el camino incorrecto”, agregó.

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