La millonaria suma de dinero que invirtió la alcaldía de César Rojas y que dejó atractivo al término de su administración el Centro Comercial a Cielo Abierto, en su segunda fase, no se compadece con la indiferencia con que es tratado en la actualidad.
El de Cúcuta, a juicio de urbanistas, es el centro comercial de estas características más grande de Cúcuta, comprendido en un cuadrante que abarca las avenidas 0 y 6 entre calles 10 a la 17 en el barrio La Playa.
La primera fase se construyó en el gobierno del Ramiro Suárez a un costo de $9.000 millones y la segunda fase en la administración de César Rojas, en una inversión que alcanzó los 15.000 millones de pesos, incluido la renovación urbana que se hizo en el parque del Palacio Nacional.
La segunda fase contempló unificación de andenes usando baldosa prepulida para coincidir con los proyectos de la renovación del centro, como Parque Santander, Parque Cúcuta 300 años, Parque Lineal, y la primera etapa del Centro Comercial a Cielo Abierto.
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Pero además se dispuso de alumbrado público con luz led y se plasmó una política de inclusión de los ciudadanos, porque, por ejemplo, la población discapacitada cuenta con rampas de acceso a los andenes y con guías técnicas para su movilidad por el Centro Comercial a Cielo Abierto.
Aunque este proyecto buscaba embellecer la zona céntrica de la ciudad y brindarles a comerciantes y compradores un mejor espacio, porque se dispuso de luminarias de última tecnología, parlantes con música constante y cámaras de seguridad, con el paso del tiempo y la falta de mantenimiento muchas cosas hoy no están funcionando.
Por ejemplo, los parlantes que se instalaron en una ruta que se trazó por todo el Centro Comercial a Cielo Abierto y que remataba en el monumento Cristo Rey “ya no suena ni grillos”, dijo Neftalí Ayala, un comerciante que lleva más de 30 años en esta zona de la ciudad.