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Editorial
Enfermedades de transmisión sexual
Los niños y jóvenes hacen parte de una población que debe ser protegida de los riesgos que implican esos males y la mejor manera para ello es que los padres les expliquen y comenten sobre los peligros de la promiscuidad o de no utilizar preservativos.
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La opinión
La Opinión
Sábado, 5 de Abril de 2025

La prevención, el autocuidado, la prevención y la información son las opciones más seguras para evitar ser contagiados con el virus del VIH o infectarse con enfermedades como la sífilis o la hepatitis, todas ellas presentes en Norte de Santander.

Ahora que dieron a conocerse cifras sobre los casos en el departamento, es momento de ratificar que en el hogar, el colegio, la universidad y los institutos de formación técnica es urgente avanzar y profundizar en programas sobre educación sexual.

Los niños, adolescentes y jóvenes hacen parte de una población que debe ser protegida de los riesgos que implican esos males y la mejor manera para ello es que los padres les hablen, expliquen y comenten sobre los peligros de la promiscuidad o de no utilizar preservativos. Eso debe dejar de ser un tabú.

Convertirlo en un tema de conversación en la casa es la manera más indicada para que  entre todos en familia tomen las estrategias informadas tendientes a que no se caiga en las redes de estas infecciones que pueden degenerar en graves repercusiones para la salud.

Ya con estas bases, en donde los aspectos morales y éticos son fundamentales para su consolidación, al igual que el buen ejemplo, ahí debe venir el refuerzo en las instituciones educativas, en momentos como estos en que las autoridades sanitarias revelan que hay 148 casos de VIH en el departamento, durante lo corrido del año.

En una noticia publicada en el portal de la Unesco  se señala que la educación integral en sexualidad empodera a los jóvenes para que tomen decisiones fundamentadas en lo que respecta a las relaciones y la sexualidad, ayudándolos a desenvolverse en un mundo donde la violencia y las desigualdades basadas en el género, los embarazos precoces y no deseados, y el VIH y otras infecciones de transmisión sexual  continúan planteando graves riesgos para su salud y bienestar.

Por lo tanto, todo lo que se haga en el campo educativo en estrecha coordinación con la sociedad, redundará que en el futuro haya una protección más efectiva porque lo evaluado hoy deberá dejar marcadas unas maneras de comportamiento.

Sin embargo, hay mucho por hacer, porque en el documento ‘Orientaciones técnicas internacionales sobre educación en sexualidad’ se precisa que a nivel mundial solamente el 34% de los jóvenes puede dar prueba de un conocimiento preciso sobre la prevención y la transmisión del VIH.

Como en muchos aspectos de la vida diaria, en este campo hay todo un trabajo por hacer, que no solamente puede quedarse en la mera toma de exámenes, sino avanzar educativa y preventivamente que es lo obvio a fin de contener los peligros que las enfermedades de transmisión sexual y el virus del VIH conllevan para las comunidades.

En ese sentido son indispensables las campañas informativas y de concienciación, el envío de brigadas de salud a los barrios para que profesionales y promotores ofrezcan charlas sobre estas patologías, puesto que resultará menos traumático, doloroso y costoso  un plan de carácter preventivo  que facilitará salvar a muchas personas de poner en riesgo su salud y su vida.


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