

Por qué el comisionado de Paz, Otty Patiño no acudió al debate sobre la política de ‘Paz Total’ en el Congreso de la República? ¿Nada que decir en este campo para el Catatumbo, el Chocó, el Cauca o el vecino departamento de Arauca?
Y es que el escenario propicio para conocer las opiniones y planes del Gobierno nacional en ese campo lo es la Comisión legal de Paz de la Cámara de Representantes, máxime en estos momentos en que el fragor de la guerra retumba en esos y otros lugares del país.
La ausencia de Patiño hizo desvanecer las expectativas sobre sus respuestas a uno de los comandantes del Frente de Guerra Nororiental del Eln que consideró como un fracaso la ‘Paz Total’ la cual en su concepto se transformó en guerra total en el Catatumbo.
Un país cada vez más hastiado de las acciones cometidas por ese grupo armado que escaló las hostilidades al atacar a la disidencia la de las Farc para intentar instalar su hegemonía en la zona, requiere claridades de parte de quien está al frente de la política de paz.
Los colombianos requieren que se les explique en qué irá a parar la congelada mesa de negociaciones con esta organización señalada por el presidente Gustavo Petro de estar traquetizada, mientras que dicha guerrilla prácticamente dio por cerrada cualquier posibilidad de acuerdo con el actual gobierno.
Que hable Otty Patiño tendrá un múltiple efecto, porque las comunidades hoy desplazadas y confinadas sabrán a qué atenerse, la ciudadanía quedará notificada si hay opción o no de volver a negociar y las autoridades judiciales al igual que la Fuerzas Armadas tendrán un panorama más claro en sus acciones contra ese grupo organizado.
Además, el consejero de Paz tiene mucho que decir sobre el proceso con la disidencia de las Farc que, por ejemplo, en el caso del frente 33 llama la atención que aunque el mismo presidente hable de conversaciones con esa organización, ellos avanzan en un reacomodo y fortalecimiento, en el que reciben hombres y armamento de otros grupos en el país. ¿Eso es muestra de voluntad de paz para los martirizados catatumberos?, es la pregunta para el comisionado de Paz.
El silencio en estos casos no resulta siendo la mejor opción y en cambio lo que tiene que hacer es dar la cara y despejar las dudas, porque aparte de la tragedia catatumbera también suena con fuerza el violatorio asunto del reclutamiento forzado de niños que es una amenaza en crecimiento en el país.
El gobierno del presidente Gustavo Petro debería entrar a considerar si ha llegado el momento de que Patiño dé un paso al costado para oxigenar la institucionalidad de la paz, puesto que su labor está siendo puesta en entredicho como lo señalara el congresista nortesantandereano Diógenes Quintero quien ocupa una curul de paz en la Cámara. “Debe haber unos responsables de lo que hasta ahora ha sido un fracaso. Ya se fue un responsable de esos que fue el ministro de Defensa (Iván Velásquez). Falta otro responsable de ese fracaso y es el consejero comisionado”.
Un proceso en la cuerda floja y un tambaleante encargado de esos asuntos no le hacen bien a las regiones golpeadas por el conflicto armado que al recrudecerse nos está empujando a épocas de cruda violencia que creíamos superadas.
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