

En el Día Internacional de la Madre Tierra los humanos ojalá hayamos reflexionado o al menos quedado pensativos con lo que está sucediendo en el planeta, que es nuestro hogar y el de miles de especies.
Naciones Unidas dejó en el ambiente este dato: cada año el mundo pierde 10 millones de hectáreas de bosques, una extensión similar a Islandia.
Volteando a mirar a nuestro entorno vemos que la explotación maderera ilegal, la minería ilegal y los cultivos de uso ilícito tienen una gran responsabilidad en las acciones de depredación de la naturaleza.
El otro hecho para considerar es que alrededor de un millón de especies animales y vegetales se encuentran en peligro de extinguirse.
Aparte de las acciones ilegales señaladas antes, hay actividades humanas que hieren al planeta y sobre las cuales hay que actuar como es la contaminación, la degradación de las cuencas hidrográficas, la mala disposición de las basuras y desechos orgánicos e inorgánicos, los incendios provocados, entre otros.
En ocasiones se cree que todo se trata de teorías conspiranoicas, pero lo único cierto es que debemos entender que los ecosistemas sanos nos ayudan a protegernos de las enfermedades, porque como lo señalan los especialistas, la diversidad de especies hace más difícil la propagación de patógenos.
En estos momentos, el objetivo global del decenio de las Naciones Unidas es detener y revertir la destrucción y degradación de miles de millones de hectáreas de ecosistema, como los bosques frondosos amenazados por quienes acaparan las tierras y los incendios forestales, hasta los suelos agricolas erosionados, puesto que solo podrían soportar unos cuantos años mas de cosechas.
En un país como Colombia y una región como Norte de Santander que cuentan con importantes zonas de páramo es indispensable persistir en la defensa de su protección porque ahí lo que se perderían son las fuentes productoras de agua con riesgo inminente para la vida misma.
En medio de todo esto se destaca un informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables, según el cual el año pasado se agregaron 585 gigavatios a la capacidad de las energías renovables en el mundo, alcanzando una tasa de crecimiento anual del 15,1 por ciento.
“Nuestro poder nuestro planeta” es el mensaje que se deja en este Día Internacional de la Madre Tierra, a manera de llamado sobre la importancia de las acciones y decisiones individuales y colectivas en procura de superar las diversas crisis y amenazas medioambientales que golpean a la humanidad.
Alcanzar logros como el de la armonía con la naturaleza y el de la construcción de un futuro sostenible son retos que se deben seguir profundizando y trabajando en ellos con celeridad porque el tiempo, según los analistas, ya el tiempo se estaría quedando corto para lograr contener los desastres que pudieran suceder en caso de no actuar con entereza.
La educación es igualmente esencial para inculcar en los niños y en los jóvenes la conciencia ambiental y de defensores de los ecosistemas y de toda la naturaleza porque de lo que se haga y se deje de hacer hoy, así será el lugar en que se habitará.
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