
Que ya no va más el cese del fuego, se anunció primero, y casi inmediatamente después llegó la orden en un decreto para suspender las operaciones militares ofensivas y especiales de la Policía contra ciertos grupos de la disidencia de las Farc, entre ellos el frente 33, en el Catatumbo.
La segunda decisión consignada en el Decreto 0448 firmado por el ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez, y unas posteriores declaraciones del presidente Gustavo Petro, dejan multiplicidad de interrogantes para nuestra región que merecen ser precisadas.
Lo anterior, porque el Catatumbo será un área de concentración y reagrupamiento de los combatientes que en Colombia tiene el Bloque Magdalena Medio comandante Gentil Duarte de la disidencia de las Farc.
El decreto gubernamental precisa que de ese bloque disidente hacen parte los frentes4, 18, 36,24, 27, 33 y la columna móvil Bernardo Jaramillo.
¿A esta zona convertida hoy en un polvorín, arribarán esos disidentes situados en regiones del corredor que la conecta desde el Sur de Bolívar, Bajo Cauca y Norte de Antioquia?
¿Será solamente el frente 33? ¿Tendremos un Caguán en el Catatumbo? Esto es necesario que se aclare explicando en qué consisten las “zonas de ubicación”, dentro de la nueva etapa de la ‘Paz Total’ que el Gobierno nacional espera concretar con ese grupo armado.
Los 64.291 desplazados y los 12.887 confinados merecen precisiones como ¿si los miembros del Bloque Magdalena Medio llegarán armados o desarmados, con sus drones explosivos y demás pertrechos?
¿De qué manera se daría este paso? En el caso que lleguen con su armamento ¿no podría ser interpretado por el Eln como una maniobra para reforzar a su enemigo el frente 33? ¿Si estallara una hostilidad contra la “zona de ubicación” qué mecanismos se activará para evitar que todo se salga de control?
La otra duda es que si sucediera alguna situación adversa, cambio de planes de última hora o que la mesa se rompa, Norte de Santander y la frontera correrían el peligro de quedar con otro poderoso componente guerrerista, o un frente 33 más fuerte.
Y si los disidentes llegan sin armas, ¿entonces unidades del Ejército y la Policía establecerán anillos de seguridad? El riesgo en esta eventualidad es que al ir parte de la fuerza pública desplegada en el Catatumbo a tareas de prestar vigilancia descuidadas vastas áreas y a miles de civiles.
¿Cuáles van a ser las reglas de control del reagrupamiento? El interrogante surge puesto que por ahí podrían intentar entrar a gozar de los beneficios de un proceso de paz los criminales transnacionales, narcotraficantes, delincuentes, sicarios o mercenarios.
¿Cuál es el lugar o puntos seleccionados en territorio catatumbero para que allá se asiente el Bloque Magdalena Medio Gentil Duarte? y, además, ¿Cuáles serán las disposiciones que adoptarán para permitir que el Catatumbo se constituya como zona de paz y de alimentación para los pueblos?
Esta nueva fase se encuentra concebida por el presidente Gustavo Petro para que los grupos disidentes de las Farc que están en proceso de diálogo de aquí hasta el 18 de mayo acuerden las zonas de concentración y territorios de paz.
Ahora que el Catatumbo apunta a ser “zona de ubicación” surgen un par de preguntas más: ¿Esa disidencia de las Farc será responsabilizada o no por algunas de las atrocidades de la guerra que estalló a mediados de enero de 2025? ¿Si firmara la paz esta disidencia podría tener disidentes contra la Paz Total?
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La otra duda es que si sucediera alguna situación adversa, cambio de planes de última hora o que la mesa se rompa, Norte de Santander y la frontera correrían el peligro de quedar con otro poderoso componente guerrerista, o un frente 33 más fuerte.
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