A un centro de cremación de Bucaramanga fueron a parar los 25.000 pollitos que iban a ser exportados al estado Táchira por la frontera con Norte de Santander y que permanecieron varios días en la Zona Franca de Cúcuta, esperando la autorización del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
Debido a que estos animales son de mucho cuidado y necesitan condiciones idóneas para su vida, la mayoría de ellos murió, mientras que el restante debió ser sacrificado.
Lea además: Estos son los empleos y salarios que más se buscan en el mercado
El agente aduanero Yezid Sarmiento, quien se encargó del proceso de exportación, informó a La Opinión que, después de las exitosas primeras exportaciones de aves con la avícola Cámbulos de Cundinamarca y la empresa tachirense Maxcotilandia, entró otro competidor al mercado para vender a Venezuela pollos de genética.
“Se trató de un comercializador, Agroinsumos José Gregorio, que compró los animales certificados a la avícola Incubacol de Tolima e hizo la primera exportación hace un mes, sin ninguna novedad, después de cumplir dos pasos con el ICA: un trámite en Bogotá y otro en campo (Zona Franca)”.
Así, al vecino país se llevaron 15.000 aves y quedaron pendientes dos operaciones más: una de 12.600 y la tercera de 25.000.
Le puede interesar: Bridgestone abrió plantas en Cúcuta y en dos ciudades más
El agente aduanero explicó que cuando el segundo cargamento estaba listo, hace dos semanas, llegó una directriz del ICA de una funcionaria, ofreciendo disculpas porque había olvidado decirles a los funcionarios de la región que las exportaciones de pollos solo están permitidas a las avícolas.
Tras explicarle a la institución que ya los procedimientos habían surtido su trámite y que la empresaria había pagado por esos pollos de engorde, la autoridad en sanidad animal permitió la exportación.
Sin embargo, el último pedido presentó los mismos obstáculos. A pesar de que Yezid Sarmiento trató de que el Ministerio de Comercio mediara, las partes implicadas asistieron a una reunión con el ICA en Cúcuta, en la que les “dieron a entender que llegaría el permiso de Bogotá”, pero no hubo respuesta.
“Los pollitos se empezaron a morir en mi bodega y ya ni siquiera los podíamos regalar”, enfatizó el exportador, quien recalcó que el ICA nunca argumentó con una norma, ley o decreto que establece la prohibición. Además, el Insai, homólogo del ICA en Venezuela, tampoco objetó la importación. Se perdieron $55 millones, solo en los animales, sin contar los gastos en fletes, aduaneros y de cremación.
Lea también: Formalizar las empresas, clave para impulsar la economía popular
¿Qué requisitos pedía el ICA?
El ICA informó a La Opinión que, para la exportación de aves, el establecimiento de origen o productor debe estar registrado ante este ente y aprobado para tal actividad, tener el Certificado Zoosanitario de Exportación (CZE), diligenciado el Certificado de Inspección Sanitaria y que los vehículos de transporte tengan la ventilación y el espacio adecuados, entre otras reglas.
Indicó que los pollos de un día no cumplían con los requisitos y no podían permitir su salida al vecino país, por poner en riesgo el estatus sanitario y las futuras exportaciones.
Wilkien Ramírez, subgerente de Protección Fronteriza, resaltó la importancia de las exportaciones para el desarrollo económico del país y de las familias rurales colombianas. “Es por eso que realizamos un arduo trabajo para verificar el cumplimiento de los requisitos acordados, para prevenir riesgos sanitarios en la producción agropecuaria nacional e internacional”.
El ente manifestó que no ordenó el sacrificio de las aves y que “los pollitos no debieron salir del establecimiento sin la aprobación del certificado zoosanitario de exportación y el cumplimiento del procedimiento que avalara su trazabilidad”.
Lea aquí: Tejería Suramericana quiere encantar a Cúcuta con su tela de punto
Ventanilla en la región
Esta situación generó indignación en los empresarios y exportadores de la zona, más ahora que le están apostando a la reactivación del comercio por esta frontera. Por eso, pidieron que se descentralicen todos los trámites, puesto que estos se aprueban desde Bogotá.
Propusieron que se cree una ventanilla única en Táchira y Norte de Santander, para resolver estos procedimientos, lo cual sería la solución para que no se repita el mismo problema.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion