Aislarse para regresar con el firme ideal de mantenerse unidos fue la gran promesa de muchos de los grupos golpeados por la crisis del coronavirus, y el sector financiero no fue ajeno a las vicisitudes mundiales.
Hoy, 3 de julio, Día Internacional del Cooperativismo, se conmemora la adaptabilidad de las cooperativas a las nuevas formas de ofrecer sus servicios y centrarse más en el valor humano para mantener a sus asociados, bajo el lema de reconstruir juntos con solidaridad y resiliencia.
“Nadie estaba preparado. Tuvimos que adaptarnos más a la tecnología y buscar la manera para, desde casa, ofrecer, aprobar y desembolsar créditos. Nuestros asociados solían venir a entrevistas de una hora cuando deseaban afiliarse, ahora las hacemos virtualmente. Fue todo un camino de preparación para que se entendiera que era la única forma para obtener los servicios”, explicó Rubén Becerra, gerente de Coomuldenorte.
En especial, eran los adultos quienes estaban acostumbrados a hacer sus diligencias de manera presencial, y con quienes significó un reto el educarlos en los canales de atención que ofrece la virtualidad.
Becerra agregó que, por pertenecer al sector financiero, aunque solo estuvieron un aproximado de dos meses desde casa, una vez los colaboradores regresaron a las oficinas, los canales de atención se mantuvieron virtuales y fue poco a poco que regresaron a la presencialidad.
Pero la mayor dificultad, de acuerdo con Carlos Julio Mora, presidente regional de la Confederación de Cooperativas de Colombia (Confecoop), fue la alta deserción laboral y reducción de nóminas por el cierre de las empresas durante los puntos más críticos, lo que impactó directamente los fondos de empleados.
“La cartera morosa se hizo más alta de lo acostumbrado. Y al quedarse sin empleo, los trabajadores dejaron de pagar sus obligaciones. A pesar de que el Gobierno lanzó unos alivios para aplazar cuotas de seis meses en adelante, para infortunio nuestro, las cooperativas provisionamos esos intereses”, manifestó Mora.
Agregó que, aunque la estrategia funcionó para los bancos, no fue igual para el sector cooperativo por falta de capital estatal, fueron “huérfanos”, y así, la única forma de sostenerse fue con los recursos de los asociados, a quienes motivaron con beneficios pedagógicos y recreativos para hacer más ameno el confinamiento. Otras cooperativas como Serfunorte-Los Olivos enviaron un mensaje en homenaje al amor.
Enfocados en la recuperación, el sector se mantiene expectante a la apertura de la frontera que, con el flujo comercial, generaría más empleo y mayor número de asociados.
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