El valor del kilovatio o costo unitario (CU) que se reflejó en la factura que llegó en septiembre fue de $785.8, precio pleno que pagaron los usuarios de estrato 4. Mientras que los residentes de los estratos 1, 2 y 3 pagaron $315.6, $394.5 y $667.9, por kilovatio, respectivamente, debido al subsidio que otorga del Estado por concepto de consumo de subsistencia.
En diciembre de 2021, se pagaba $638.30 por kWh, lo que significa que, en los primeros ochos meses de 2022, el precio del kilovatio subió $147,5.
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De acuerdo con José Miguel González, gerente de Centrales Eléctricas de Norte de Santander (CENS), Grupo EPM, durante 2020 se congelaron los precios de la energía, debido a la crisis generada por la pandemia de la COVID-19. A partir de enero de 2021, las empresas a nivel nacional comenzaron un aumento gradual.
“Las tarifas están establecidas por la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) y el marco tarifario tiene seis componentes: generación, transmisión, distribución, comercialización, pérdidas reconocidas y restricciones. La generación es básicamente el valor al que compramos la energía que al final del día consumen los usuarios”.
Precisó que CENS decidió cobrar por debajo de la tarifa real para aliviar el traslado de los costos a los usuarios. Por esto, el precio del kilovatio que cobró para septiembre fue de $785.8 y no de $809,8, que es la tarifa real, es decir, 21 pesos menos por kilovatio.
El gerente de la electrificadora resaltó que, mensualmente, el alza fue 0,6% durante 2021, para un total anual de 7%, mientras que este año ese aumento va en 23%. No obstante, el incremento debió ser de 27%, de acuerdo con la tarifa real.
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Consumo de subsistencia
González explicó que el consumo de subsistencia, para los municipios por debajo de 1.000 metros sobre el nivel del mar, como Cúcuta (320 metros), es de 173 kilovatios.
“Por ejemplo, si soy usuario de estrato 2 y consumo 200 kilovatios, los 173 primeros están subsidiados y los 27 siguientes, no. Entonces, esos 27 kilovatios ya se paga al valor pleno que, obviamente, representa un esfuerzo grande para el usuario”, agregó.
Destacó que, en el caso de los municipios por encima de los 1.000 metros, como Pamplona, ese consumo de subsistencia es de 130 kWh, después de ese límite, los kilovatios que consuma el cliente los paga al precio pleno.