La relación del papa Francisco con Colombia ha estado marcada por un vínculo espiritual profundo y también por un afecto particular hacia el fútbol, que el pontífice argentino ha utilizado como un medio para transmitir valores de fe, esperanza y fraternidad.
Apasionado seguidor de San Lorenzo de Almagro, el papa ha sabido usar metáforas futbolísticas en múltiples ocasiones para explicar la vida cristiana, destacando la importancia del esfuerzo, la entrega y el trabajo en equipo, principios que también encuentran eco en la sociedad colombiana.
Ese lazo con el fútbol colombiano se reflejó en varios gestos simbólicos y encuentros significativos. Uno de los más recordados fue cuando el exdefensor Iván Ramiro Córdoba visitó el Vaticano y le entregó una camiseta con el número 2 que lo caracterizó durante su carrera.
El papa recibió con agrado el gesto, reflejando la mutua admiración entre el mundo futbolístico y el líder religioso. Córdoba jugó tres temporadas con San Lorenzo de Almagro, el equipo del papa Francisco.
En otra ocasión, Francisco bendijo una camiseta del club Millonarios durante una visita a Roma en 2013, lo que fue interpretado como un mensaje de unidad para los seguidores del fútbol colombiano.
Durante su histórica visita a Colombia en 2017, el papa llevó un mensaje de reconciliación tras el conflicto armado que marcó a varias generaciones. En sus intervenciones, usó referencias al deporte nacional como símbolo de encuentro.
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En un discurso dirigido a los jóvenes, mencionó el clásico entre América de Cali y Atlético Nacional como una oportunidad para que los jóvenes se unieran más allá de las rivalidades. “Hasta una final entre Atlético Nacional y América de Cali es ocasión para estar juntos”, dijo.
En ese mismo mensaje, Francisco subrayó la necesidad de construir una “cultura del encuentro”, un concepto que definió como el reconocimiento de que, más allá de las diferencias, todos somos parte de una comunidad que nos trasciende. Estas palabras resonaron profundamente en un país que lucha por cerrar las heridas del pasado y construir un futuro en armonía, especialmente entre las nuevas generaciones.
El vínculo del Papa con el fútbol colombiano continuó años después. En 2023, Félix González, un niño de la cantera Sub 11 del Envigado FC, vivió un momento inolvidable al encontrarse con el pontífice en el Vaticano. Félix le entregó una camiseta del equipo y le pidió que rezara por el Envigado para que no descendiera. Francisco, con la calidez que lo caracteriza, prometió orar por el club, lo que se convirtió en un mensaje de aliento tanto para el joven como para toda la hinchada del equipo antioqueño.
Más allá del fútbol, la figura del papa ha sido una fuente de esperanza y guía espiritual para millones de colombianos. Su visita en 2017 marcó un antes y un después, con frases que aún resuenan como faros en el proceso de reconciliación nacional. “Callar las armas y abrir las puertas del diálogo” fue una de las más poderosas, y su legado en Colombia continúa inspirando iniciativas de paz y encuentro.
El papa Francisco, con su estilo cercano y su lenguaje cargado de simbolismos cotidianos como el fútbol, ha logrado conectar con la realidad de Colombia. Su testimonio y sus gestos han dejado una huella imborrable en la memoria colectiva del país, demostrando que incluso desde la fe, se puede jugar un papel fundamental en la transformación de una sociedad.
Con información de Vanguardia
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