La historia ha reconocido el destacado papel que cumplió Virgilio Barco Vargas en la evolución del país. Hace 100 años nació en su amada Cúcuta y al cumplirse el centenario de su natalicio, su memoria es honrada en la región con una imponente exposición en la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero.
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Él, cucuteño, fue presidente entre 1986-1990 y en su amplia trayectoria ocupó diferentes cargos públicos, desde los cuales siempre tuvo presente a Norte de Santander, ejecutando en la región obras de envergadura que en la actualidad benefician a quienes habitan en la frontera.
La exposición que se abre hoy al público, en concepto de Julio García-Herreros, director de la Biblioteca Pública, es un acto de justicia que reconoce el ejercicio de Virgilio Barco como ciudadano, gobernante y estadista colombiano, quien generó políticas públicas de las cuales el país se beneficia.
“Lo que los nortesantandereanos no saben es que al presidente Barco le debemos obras de envergadura como el Distrito de Riego de El Zulia, el complejo del parque Grancolombiano en Villa del Rosario, la construcción del hospital Erasmo Meoz, los anillos viales, la cárcel modelo de Cúcuta, los Museos de Pamplona que intervino durante su Presidencia -especialmente el Eduardo Ramírez Villamizar-, el Canal Bogotá”, argumenta García-Herreros.
La exposición, que lleva por nombre ‘Virgilio Barco Vargas: una vida dedicada al servicio público’, abre sus puertas al público a las 5:00 de la tarde, en un acto protocolario en el que estarán el historiador Malcom Deas, autor del libro Barco, vida y sucesos de un presidente crucial y del violento mundo que enfrentó, además de Leopoldo Villar Borda, autor de Virgilio Barco, el último liberal.
Con la exposición, inaugurada en el marco de la Fiesta del Libro de Cúcuta, la Biblioteca Pública se viste de gala y recibe a funcionarios del Ministerio de Cultura, a autoridades regionales, a integrantes de la familia Barco, a pensadores, historiadores y ciudadanía en general.
Un apasionante recorrido
La exposición sobre la vida y obra del presidente Barco tiene el encanto de poder recorrerse en sala de una manera sencilla, con láminas numeradas que guían al espectador por una línea cronológica que está alimentada con abundantes fotografías.
En medio del auditorio se proyecta un video que reúne destacados discursos de Barco, tales como el que dio en 1986, ante el Congreso, cuando tomó posesión como presidente.
Otros son el que dio ante la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre corresponsabilidad global en la lucha contra el narcotráfico, en septiembre de 1989 y el de la firma del acuerdo de paz con el M 19, en marzo de 1990; entre otros.
Una imagen que llama la atención es la carta que le envió su tío Manuel José Vargas, el 17 de septiembre de 1922, cuando Barco cumplió un año y en la que le recuerda su legado liberal.
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De acuerdo con Alberto Escovar Wilson-White, director de Patrimonio del Ministerio de Cultura, y quien hizo parte del equipo curatorial de la exposición, el reto era contar de una manera sencilla y contundente la extensa carrera de Virgilio Barco, una persona organizada que dejó huella en cada cargo público que ocupó y cuyo legado ha sido vital para los colombianos.
Como parte del montaje de la exposición, se adecuó el auditorio de la Biblioteca Pública con una iluminación especial, obra que queda para este recinto cultural y que de acuerdo con Wilson-White, seguramente el presidente Barco estaría dichoso que, con motivo del centenario de su natalicio se ejecutará una obra más en su nombre.
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