Aunque la Alcaldía de Cúcuta reglamentó e hizo claridades en torno a los nuevos horarios y zonas donde se autoriza la venta y consumo de licor en las distintas zonas rosas, hay sitios en los que la norma entró por un oído y salió por el otro.
Esto quiere decir que se hizo caso omiso a la nueva reglamentación para el funcionamiento, pero también para la venta de bebidas alcohólicas.
Las quejas que provienen de la ciudadela La Libertad así lo testifican: Muchos negocios de los que funcionan a lo largo de la avenida 12 insisten en pasarse por la faja los horarios que les autoriza vender licor y el consumo en el sitio.
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“Esta desobediencia solo se presta para el desorden, los escándalos y las riñas, porque la gente se pasa de copas y no le importa para nada la tranquilidad del vecindario”, dijo María Eugenia Parada, residente de la avenida 12.
La mujer se refiere a los hechos presentados semanas atrás en uno de los negocios que funciona sobre esta vía, en los que al propietario le impactaron un disparo de arma traumática en el rostro.
En La Libertad, según el decreto reglamentario 0166 de marzo de 2024, el funcionamiento, entre semana, quedó así: de lunes a jueves de 10 a. m. a 11 de la noche; y viernes, sábado y domingo, de 10 a. m. a 12 a. m. No obstante, en esa zona de rumba, pasados los dos meses de gracia que concedió la alcaldía a los propietarios de los negocios para que se apegaran a la nueva normatividad, aún se observan negocios con puertas abiertas a las dos y tres de la mañana, denunciaron vecinos del sector.
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Residentes de esta ciudadela le solicitaron a la Alcaldía exigir a los administradores de estos negocios el uso del suelo, porque la mayoría, por no decir que todos, funciona en la avenida 12 sin tener autorización para vender trago, menos en un sector netamente residencial, dijo Argemiro Gómez, habitante de La Libertad.
Este vecino señaló que la alcaldía no puede seguir complaciente con estos negocios que, bajo el pretexto del derecho al trabajo, violan la norma en beneficio propio. Lo que planteó la administración municipal en este nuevo decreto fue dar cumplimiento al Plan de Ordenamiento Territorial que estipula unas normas de estricto cumplimiento para el funcionamiento de las distintas actividades económicas y que, para el caso de los negocios de venta y consumo de licor, no se cumplían.
La respuesta a estas solicitudes no se hizo esperar, y desde la semana pasada el secretario de Gobierno, Miguel Castellanos, se puso al frente de los operativos y controles en las distintas zonas de rumba de la capital nortesantandereana, con el fin de verificar la documentación que autoriza su funcionamiento, así como el cumplimiento de los horarios.
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Se está verificando también que en los negocios no se permita el ingreso de menores de edad, subrayó Castellanos.
El funcionario reveló que durante el viernes anterior se adelantaron operativos de control y vigilancia en compañía de la Secretaría de Seguridad y Convivencia, y la Policía, en negocios del anillo vial, Prados del Este, Niza, Guaimaral, Torcoroma, Los Caobos y el Centro Comercial Simón Bolívar.
De estos controles se sancionaron dos negocios de Prados del Este, uno por no reunir la documentación exigida para la venta de licor, y el otro por contaminación auditiva.
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Lo que planteó la administración municipal en este nuevo decreto fue dar cumplimiento al Plan de Ordenamiento Territorial que estipula unas normas de estricto cumplimiento para el funcionamiento de las distintas actividades económicas y que, para el caso de los negocios de venta y consumo de licor, no se cumplían.
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