A pesar de las reiteradas advertencias por parte de la administración municipal y los constantes llamados al respeto por la salud auditiva de los ciudadanos, los vendedores informales que operan con carretas en las principales avenidas del centro de Cúcuta insisten en utilizar altoparlantes para vocear sus productos.
Esta práctica, que se ha convertido en parte del paisaje urbano de la ciudad, es ahora blanco de estrictas medidas por parte de la Secretaría de Gobierno, debido al grave impacto que representa en la convivencia y la salud pública.
El secretario de Gobierno, Miguel Castellanos, manifestó su preocupación por el creciente desinterés de los denominados carreteros frente a la norma que prohíbe expresamente el uso de dispositivos de amplificación sonora para fines comerciales en el espacio público. “Lamentablemente, muchos de estos vendedores han hecho caso omiso a nuestras recomendaciones. Se les ha llamado la atención en múltiples ocasiones y han participado en jornadas pedagógicas, pero siguen incumpliendo la regulación”, expresó el funcionario.
La salud auditiva, la más afectada
El uso indiscriminado de megáfonos y altoparlantes no solo interrumpe la tranquilidad de quienes viven y transitan por las avenidas más concurridas de la ciudad, sino que además expone a la población a niveles de ruido que superan los parámetros tolerables para el oído humano.
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Las mediciones realizadas por las autoridades revelaron que, en sectores como la avenida Cero, la Primera y las avenidas Quinta a Octava, entre las calles 5 y 9, los niveles de ruido oscilan entre los 75 y 120 decibelios (dB), superando con creces el umbral de seguridad recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece un límite máximo de 70 dB para preservar la audición a largo plazo.
La contaminación sonora, que en muchos casos se prolonga durante más de ocho horas al día, ha generado un incremento en las quejas por parte de los residentes del centro, quienes aseguran vivir en un ambiente cada vez más hostil para la salud física y mental. “Es imposible concentrarse o descansar. Entre semana y los fines de semana es lo mismo. Los vendedores usan altoparlantes a todo volumen para gritar que venden aguacates, plátanos o yuca”, relató Gloria Ramírez, habitante de la avenida Sexta.
Las acciones oficiales
Frente al incumplimiento reiterado del Decreto 287 de julio de 2024, que establece la prohibición expresa del uso de altoparlantes en la venta informal, la Alcaldía ha intensificado sus operativos de control en alianza con la Policía Metropolitana. Los infractores no solo se exponen a la incautación de sus equipos de sonido, sino también a sanciones contempladas en la Ley 1801 de 2016, conocida como el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana.
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“Desde la administración municipal queremos dejar claro que no estamos en contra del trabajo de los vendedores informales. Comprendemos que muchos de ellos dependen de esta actividad para subsistir, pero el ejercicio de ese derecho no puede pasar por encima del derecho de los demás a vivir en un ambiente sano”, enfatizó Castellanos.
Desde que entró en vigencia el decreto 287 se han incautado 47 megáfonos a carreteros y 38 parlantes a negocios formales.
El funcionario advirtió que, además de los decomisos, los reincidentes podrán ser objeto de multas económicas y procesos sancionatorios que buscan proteger el bienestar colectivo. “Queremos apelar al sentido común y a la corresponsabilidad. La informalidad no debe ser sinónimo de desorden ni de afectaciones a la salud pública”, puntualizó.