Un fenómeno meteorológico que se presenta todos los años y que según los expertos es normal y no representa un peligro grave para la población, llegará en esta ocasión en medio de una pandemia que tiene al mundo confinado para evitar el contagio de la COVID-19 y extremando protocolos de bioseguridad, que con la llegada de esta capa atmosférica deberán reforzase.
Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), el polvo del Desierto del Sahara es una masa de aire seca cargada de polvo proveniente de África y que por lo general se desplaza de Oriente a Occidente por la zona tropical, especialmente durante el mes de mayo e inclusive noviembre, con una periodicidad que oscila entre 3 y 5 días.
Daniel Useche, jefe de Pronósticos y Alertas del Ideam señaló que, aunque en los próximos días se mantendrá esta condición en varias regiones del país, especialmente en la zona norte, la península de La Guajira y el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, este fenómeno no causará mayores alteraciones.
“No tenemos una incidencia para la comunidad en general, pero cabe anotar que este polvo que está alcanzando nuestras longitudes del territorio colombiano, son partículas muy pequeñas que están suspendidas en la atmosfera y por lo general no van a causar mayor impacto como si estuviéramos más cerca del Desierto del Sahara donde las tormentas de arena son muy fuertes”, dijo Useche.
El avance de ondas tropicales desde la costa africana y a lo largo de la zona tropical, han favorecido el aumento del polvo del Sahara en el Caribe colombiano, por tal motivo, el Ideam prevé que, en los departamentos del Cesar, Magdalena, Atlántico, Bolívar, Norte de Santander, Boyacá y Cundinamarca, se observará el cielo con tonalidades brumosas que en algunos casos dificultarán la visibilidad en horas de la mañana o al finalizar la tarde.
Pasará por Cúcuta
Jorge Arenas, subdirector de Medición y Análisis ambiental de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), aseguró que el grado en que se afecte la calidad del aire dependerá de la cantidad de polvo del Sahara que llegue a la ciudad y al departamento, de acuerdo con la intensidad de los vientos y la arena que estos puedan arrastrar.
“El fenómeno está en una etapa preliminar y puede afectar a la ciudad en la medida en que los vientos no nos favorezcan, porque si normalmente tenemos vientos entre seis y ocho metros por segundo la afectación será menor, pero si llega a suceder algo similar a lo que pasó en la primera semana del mes de abril donde tuvimos velocidades del viento inferiores a un metro por segundo, entonces si tendremos un grave problema en la ciudad”, sostuvo Arenas.
El funcionario explicó que este es un problema complejo, que, si bien afectará en mayor proporción a otras ciudades, el material particulado en el aire indudablemente puede causar afectaciones en la salud.
La principal recomendación es que los ciudadanos permanezcan en sus casas y eviten exponerse a estas grandes concentraciones de polvo. De igual forma, mencionó que, hasta el momento, no se ha evidenciado que este material tenga algún beneficio para la atmósfera.
“El material particulado es arena y debe tratarse como tal. Nosotros tenemos una ventaja geográfica y es que gozamos de vientos con buena velocidad que lo que harían es desplazar esos polvos y la concentración se puede diluir más rápido. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los vientos son caprichosos y si en un momento se dirigen hacia el norte, estos pueden cambiar su rumbo a mayor o menor velocidad”, añadió Arenas.
Implicaciones para la salud humana
En la situación actual que atraviesa el mundo debido al coronavirus, una de las mayores afectaciones que esta capa de polvo africano podría causar se relaciona con problemas respiratorios, ya que la gran cantidad de arena en el aire generaría complicaciones para las personas que tienen enfermedades crónicas como el asma y la bronquitis. Saul Carrillo, neumólogo del Hospital Universitario Erasmo Meoz afirmó que este fenómeno atmosférico se traduce en el deterioro de la salud humana, ya que el aire que respiramos estará contaminado por estas partículas, complicando la situación de muchas personas en medio de la pandemia.
“Las consecuencias pueden ser muy graves, debido al momento por el que estamos atravesando donde se puede generar un repunte de casos, sobre todo porque el asma bronquial y las vías aéreas van a estar expuestas a este material particulado tóxico que puede favorecer la entrada del virus”, dijo Carrillo.
El doctor indicó que entre más agresiones tenga el sistema respiratorio, menor capacidad de defensa tendrá para atacar un posible contagio del COVID-19, por lo que las medidas de cuidado deben extremarse, como el seguir en cuarentena, usar el tapabocas y mantener las distancias, así como también conservar la mayor higiene posible y las superficies limpias. En Bogotá y Medellín ya se ha registrado la presencia del polvo en grandes cantidades, impactando seriamente la calidad del aire.