Surgido hace 17 años como una invasión aledaña a Belén; María Teresa se legalizó hace seis años como barrio, pero pese a eso, sigue teniendo severos problemas con el alcantarillado y no hay un buen acceso a las vías que lo conectan con los sectores aledaños de la Comuna 9.
La comunidad, que está conformada en su gran mayoría por familias colombianas, población migrante y madres cabezas de hogar, tienen que vivir con la dura realidad de no tener un alcantarillado, por ello usan pozos sépticos, y en muchas ocasiones se ven obligados a tirar las aguas negras a las carreteras.
Para acceder al servicio de agua, los residentes utilizan una pila pública, la cual tiene un costo aproximado de 17 mil pesos, “lo cual nos pone, no a vivir, sino a sobrevivir”, señaló Karol Jácome, habitante de este humilde sector.
La mujer también contó que además el servicio de agua es pésimo y las familias que conforman el barrio tienen el deber de pagarle 3 mil pesos a una persona que arregla la pila cuando sufre alguna falla, un dinero que para muchos de ellos es elevado.
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Entre las familias hacen una colecta para recaudar fondos para cuando se daña algo que los afecta a todos, “las personas ponen lo que pueden y si sobra el dinero, se guarda para la próxima vez que se dañe algo”, precisó Karol.
Las madres del barrio explicaron que cuando llueve, el barro les llega a las rodillas y tienen que caminar con sus hijos durante 35 minutos para llevarlos a la escuela más cercana que se encuentra en Belén, lo anterior se debe a que las vías se encuentran destapadas.
Yaneth Espinoza, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC), manifestó que, “Los 800 niños que hay en María Teresa llegan con los pies embarrados a estudiar y muchas veces tenemos que alzarlos para que lleguen en una buena condición a sus clases”.
Ellos también reclaman el pobre acompañamiento del servicio de aseo y la falta de alumbrado público, porque en las noches el barrio queda a oscuras totalmente.
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Al ser consultado por el pésimo servicio de aseo, Rubén García, gerente de operaciones de Veolia, informó que, “se opera como en todos los sectores residenciales de Cúcuta, que son 2 veces por semana para el barrido y limpieza de vías públicas y la recolección de basura domiciliaria 3 veces semanalmente”.