El trabajo silencioso que viene haciendo la secretaria de Educación de Cúcuta, Jessica Dayana Ramírez López, no solo está consolidando la estrategia del ejercicio público que impuso el alcalde, Jairo Tomás Yáñez, en su administración, basada en los principios de transparencia, meritocracia y eficiencia, sino que, de a poco, empieza a devolver la confianza en un sector que la tenía perdida.
Desde su llegada al cargo, a eso fue que le apuntó esta economista cucuteña y, en corto tiempo, logró enderezar el rumbo en varios frentes en los que no se avanzaba en los dos últimos cuatrienios.
Uno de esos logros es que la distribución de las cerca de 5.000 personas que se concentran en las 223 sedes educativas urbanas y rurales, a la fecha, ya tienen garantizado el funcionamiento y la administración de este sector.
Este año, por ejemplo, para las tres convocatorias que se han hecho en menos de cuatro meses para asignar las plazas para 94 docentes provisionales, no se procedió como tradicionalmente se ha hecho, a dedo, sino a través de la plataforma del sistema Maestro que tiene el ministerio de Educación y que enfatiza la selección del personal por meritocracia.
"Nosotros adoptamos esa plataforma, porque es ágil, moderna y es meritocrática, mediante la cual se tiene la oportunidad de escoger a los mejores preparados, pero también muchas más personas tienen la oportunidad, que no han tenido, de participar. En esta oportunidad acudieron más de 250 personas", dijo Ramírez.
Más rápido -dijo- hubiera sido a dedo, pero aquí lo que se persiguió fue para que los niños nuestros tuvieran al frente a los profesores más idóneos, a los mejores.
Esto lo pueden atestiguar quienes se presentaron y quedaron dentro de la terna para elegir. Ellos pueden dar fe de que la elección final se hizo con plena transparencia, sin trampas, sin politiquería, añadió.
En esta misma línea también se adelantaron este año tres convocatorias internas para coordinadores, administrativos y rectores para varias instituciones educativas.
La secretaria de Educación precisó que en cuanto a los procesos contractuales, la estadística no miente: en 2019, en promedio el número de postulados para participar en un proceso contractual en esta entidad pública fue de 1.5 personas, “mientras que este año hemos tenido 16 postulantes, lo cual habla por si mismo de la transparencia con que se ha actuado. Por ejemplo, para llenar una vacante de servicio de aseo participaron 16 personas, esto no se daba antes”, manifestó Ramírez.
Estas condiciones -explicó- nos permite poder elegir al mejor, pero también la mejor oferta, la que mejor convenga a los intereses de la Secretaría de Educación, porque la puja entre los postulantes los exige a ofrecer lo mejor, y para la administración esto significa un ahorro.
La eficiencia no solo se exige, sino que se practica, en ese orden, al interior de la Secretaría de Educación también estamos desarrollando una capacitación integral al personal en el manejo de la plataformas virtuales y de administración de datos, para que el servicio que se ofrezca al público sea de calidad, subrayó la funcionaria.
Otro avance alcanzado en esta dirección fue el de empezar a ordenar y a construir la información de la educación del municipio. “Cuando llegamos al cargo no encontramos nada de eso, lo cual consideramos una falla enorme, porque lo primordial, lo básico, es al menos tener clara la georreferenciación del territorio, en dónde están los colegios, cuántos son, etc”, precisó la funcionaria al señalar que todos en la entidad que dirige aprenden y estamos convencidos de que yendo en esta dirección el servicio que se preste va a ser de calidad.
Para Ramírez es claro que se necesitan más recursos de los que actualmente se cuentan para dar soluciones a todas las necesidades de las sedes escolares, en materia de luz, agua, encerramientos, aseadoras, celadores, etc.
Sin embargo, una cosa tenemos clara y es que con lo poco que contamos debemos distribuirlo de la mejor manera, ahí es cuando entra en juego la eficiencia, esa es nuestra consigna.
Hizo alusión a lo que se hizo con el Programa de Alimentación Escolar (PAE), al señalar que durante los últimos cinco años siempre fueron los mismos 58.021 escolares los beneficiados, pero en la presente administración en un solo año se aumentó la cobertura en 8.000 cupos.
Explicó que además de esto, como se hizo un trabajo de reestructuración de costos juicioso, se pudo bajar de 56.000 a 47.400 pesos una canasta de alimentos, lo cual produjo un ahorro que permitió aumentar otros 3.947 nuevos cupos y en estos momentos se llegó al 65 por ciento de la cobertura de la matrícula oficial del PAE, lo que quiere decir que en un solo año se logró incrementar más de 15 puntos porcentuales lo que produjo que hoy se cuente con 80.555 cupos PAE en Cúcuta.
De estos cupos, casi 16.000, son cubiertos por el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Ramírez aseguró que en el sector rural de Cúcuta el programa de alimentación escolar tiene el ciento por ciento cubierto la cobertura. Igual las víctimas del conflicto armado y las comunidades indígenas. Y de los 24.000 estudiantes venezolanos matriculados en el régimen público de Cúcuta, el PAE les llega a unos 18.000 escolares.
Esto lo logramos porque se hizo una tarea eficiente. Éramos la tercera ciudad de Colombia con el PAE más caro, según el Banco Mundial, dijo Ramírez.
Este ejercicio de austeridad también lo estamos replicando en el tema de los servicios públicos, porque el recurso que podamos ahorrar nos sirve para invertir en el mejoramiento de la infraestructura, dijo la funcionaria. Agregó que se está construyendo el primer observatorio de Educación en Cúcuta, integrando las distintas plataformas, para que haya una forma rápida de tener a la mano necesidades de información.
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Cobertura educativa se incrementó
La secretaria de Educación de Cúcuta, Jessica Dayana Ramírez, dijo que aunque la pandemia del coronavirus ha causado impactos negativos en los distintos sectores de la ciudad, en la entidad que dirige se han tenido comportamientos positivos.
En el tema de la deserción, por ejemplo, este año, después de cinco años, estamos en el pico de matrícula oficial más alto que ha tenido Cúcuta al contabilizar 124.000 estudiantes matriculados. El aumento se produjo en una proporción de 7.000 estudiantes, dijo la funcionaria.
Este incremento lo jalonó el ingreso de estudiantes migrantes venezolanos, que pasó de 19.000 matriculados a 24.000, y también otros 3.000 estudiantes que pasaron de colegios privados a públicos.
Ramírez indicó que esto plantea también otros desafíos, pues se necesita una planta docente más robusta para atender el servicio de la educación. Dijo que desde principio de año se iniciaron conversaciones con el Ministerio de Educación, a fin de poder contar con los maestros que se necesitan de más.
El municipio tiene en estos momentos convenios de educación contratada con nueve instituciones escolares, de las cuales 3 son concesionadas, que son contratos que se hicieron en vigencias anteriores por 12 años, y las otras son con instituciones religiosas (Santo Ángel, la Normal, Sagrado Corazón, Camilo Daza, comunidad Salesiana).