Han pasado ya 150 años del devastador terremoto del 18 de mayo de 1875. Ese día, Cúcuta fue destruida por un sismo cuya energía liberada se aproximó a más de 158.000 toneladas de TNT, según expertos. En la capital de Norte de Santander no quedó nada en pie, excepto algunos cuantos árboles de antiguos solares.
A propósito de esta fecha, es importante recordar que la ciudad está ubicada en una zona de alta sismicidad, con sectores altamente vulnerables, con riesgos aún mayores, con más edificaciones de altura y con una población aún mayor que la de aquella época.
¿Vive actualmente Cúcuta a ojos cerrados frente a la posibilidad de un evento telúrico como el ocurrido hace 150 años? Los expertos sostienen que sí. ¿Está preparada la ciudad para un terremoto de magnitud similar al de esos tiempos? No, enfatizan los investigadores.
Sabemos que los terremotos no son predecibles, pero lo que sí debe hacer el municipio es adelantar el tan anhelado estudio de microzonificación. Esta tarea aún está pendiente, y a la espera desde hace más de 20 años.
Esto no es capricho de los expertos, es una necesidad y además su ejecución está estipulada en la Ley 14000 de 1997, en lo concerniente al Código de Construcción Sismorresistente.

Carlos Humberto Flórez, vicerrector asistente de Investigación y Extensión de la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS) y director del grupo de investigación en Geotecnia Ambiental Giga, explicó que a lo largo del siglo XX la ciudad de Cúcuta experimentó fuertes sacudidas del suelo, los sismos de 1980 y 1981 dan cuenta de ello.
“La ciudad está clasificada, según la Norma Sismo resistente de Colombia (NSR10) actual, como una ciudad de amenaza sísmica alta, con una aceleración horizontal máxima correspondiente al 35% de la aceleración de la gravedad (0.35g)”, detalló.
Flórez indicó que, según el título A del Reglamento Colombiano de Construcción Sismo Resistente (NSR-10), las capitales departamentales y las ciudades con más de 100.000 habitantes ubicadas en zonas de amenaza sísmica intermedia o alta deberán, con el fin de considerar el efecto de la propagación de ondas sísmicas en los estratos del suelo, “armonizar los instrumentos de planificación del ordenamiento territorial con un estudio o estudios de microzonificación sísmica”.
¿Qué debe contener el estudio?
Pero, ¿qué debe contener dicho estudio? Esto también lo establece la normativa (NSR-10) y como mínimo debe contener los siguientes aspectos: determinación del sitio, es decir, lograr la identificación y caracterización del sitio en estudio; datos sismológicos, donde se haga una recopilación y análisis de datos históricos y geológicos de la ciudad; investigación geológica y geotécnica del suelo; modelamiento sísmico, es decir, desarrollar modelos sísmicos que permitan predecir la respuesta del suelo frente a un sismo; y un informe detallado, en el cual se presenten los resultados del estudio en un informe que incluya la metodología empleada, los datos obtenidos, los modelos desarrollados y las conclusiones.
“Cúcuta tiene un atraso de más de 20 años en ese aspecto y no se entiende por qué la alcaldía de la ciudad no ha podido realizar los estudios de microzonificación. Ningún alcalde en los últimos veinte años ha tenido la voluntad de hacerlo”, especificó el catedrático.

Flórez señaló que este tipo de estudios de microzonificación sísmica se utilizan para evaluar la forma en que se ven afectadas por los movimientos sísmicos las distintas áreas de una ciudad, teniendo en cuenta las características del suelo. Se usa para comprender cómo los diferentes tipos de suelo pueden amplificar o modificar la intensidad de las vibraciones sísmicas, lo que ayuda a planificar la construcción y a reducir el riesgo de que las construcciones no sean capaces de resistir un terremoto.
Entonces Cúcuta debe tener este estudio para conocer los periodos de vibración de los suelos, para saber dónde se pueden construir edificaciones altas de más de 15 pisos, medianas de hasta 10 pisos, o estructuras bajas.
¿Qué tanto se ha adelantado el estudio?
El municipio aún no tiene el estudio de microzonificación sísmica. Se consultó a la Alcaldía de Cúcuta, a través de la Secretaría de Planeación, y Óscar Granados Ramírez, subdirector de control físico y ambiental del departamento administrativo de planeación, explicó que dentro del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), aprobado según acuerdo 022 de diciembre de 2019, quedó contemplado la realización de este estudio.
“Este es un tema que viene de años atrás, que requiere de unos estudios técnicos muy especializados que son bastante costosos”, manifestó.
Granados además indicó que por esta última razón, es decir, su elevado costo es necesario el apoyo del Gobierno nacional.
“No es un tema fácil, pero hay que desarrollarlo. Sin embargo, primero se debe impulsar el tema de la búsqueda de recursos”, dijo.
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