A Lucas Ríos, tras perder la final del Torneo II-2023, la hinchada del Cúcuta Deportivo lo acusó de ser un vendido y tener poco profesionalismo. El golpe, en aquel momento, fue grande luego de un año donde el equipo fue protagonista en la B y en la Copa Colombia, pero terminó con las manos vacías.
“La pasamos mal, muy mal, se decían muchas cosas. Le mando un saludo a Mastrolía (Ezequiel), a Hinestroza (César) a todos los de ese plantel… gracias a ellos me hice un jugador de mucha experiencia, con ganas de poder revertir todo eso”, afirmó el argentino en diálogo con La Opinión, el pasado 2 de diciembre, minutos después del ascenso rojinegro.
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El gaucho cobró revancha y lo hizo siendo un protagonista crucial en la recta final del segundo semestre para, luego de tres años, cumplir con el objetivo.
Una larga historia
El volante llegó a la capital de Norte de Santander, tierra donde se enamoraría y tendría un hijo, a mediados de 2022 haciendo parte del grupo de jugadores que afrontó el regreso del equipo al profesionalismo.
Venía sin credenciales. Estaba jugando en el Real Pilar de la cuarta división de su país y tuvo experiencia previa en Unión de Santa Fe, elenco donde debutó. Le entregaron la 10 y su primer semestre no fue lo esperado actuando solamente en la mitad de los partidos, siendo expulsado en una oportunidad y anotando solo una vez.
En 2023 estalló su talento. Se adueñó del mediocampo ofensivo, fue mucho más participe en la creación, en el gol (9 tantos) era inamovible de la titular, pero se quedó con las manos vacías. Estuvo cerca de ir al fútbol de Moldavia, la negociación se cayó y continuó un semestre más.
En 2024 siguió destacándose, aunque, una vez más, se falló en la consecución del título. Su presente lo hizo apetecible para equipos de la primera división y terminaría fichando con Once Caldas, donde estuvo seis meses.
Para enero de 2025 fichó con Independiente Santa Fe haciendo parte de la nómina campeona de Liga, pero con muy poca participación, lo que llevó a su salida a mitad de año. Cúcuta, poseedor de sus derechos, lo retornó a su plantilla para encarar el Torneo II.
De menos a más
Bernardo Redín, timonel rojinegro en aquel momento, aprobó su llegada y en los cinco partidos que dirigió le dio minutos en cuatro. Tras la marcha del ‘Benny’ y el aterrizaje de Nelson ‘el Rolo’ Flórez, el jugador no fue convocado en cinco duelos.
Flórez le exigió que estuviera a punto en su condición físico-atlética. “A uno lo saca de la zona de confort y eso al jugador le viene bien. Me pidió que bajara de peso y lo hice, de mi quiere que filtre balones, que juegue, que me asocie”, confesó, el pasado septiembre.
Empezó a jugar en la fecha 12 y desde allí no paró de hacerlo, a excepción de un juego a causa de acumulación de amarillas, tomando un rol crucial en la ofensiva rojinegra, fungiendo, en algunos compromisos, como falso nueve.
“Venía de no jugar, de no sumar minutos. Salí campeón, pero no se siente lo mismo, no hay comparación. He vuelto con muchas más ganas, estoy feliz, se logró el objetivo, tenía muchas ganas de volver”, aseguró el ofensivo, que jugó con el dorsal 29.
Ríos marcó cuatro goles y aportó una asistencia. Celebró ante Real Santander (2-1), Atlético Huila (2-1 en cuadrangulares), Internacional de Palmira (4-0 en cuadrangulares) y Real Cundinamarca (2-1, en la final).
Tras caer 1-0 en el primer partido de la final, disputado en el Metropolitano de Techo, el argentino señaló que “hace dos o tres años venimos comiendo mierda. Toca salir campeón, darle la tranquilidad a la gente y dejar a Cúcuta donde se merece, donde tiene que estar que es la A y pelear un título porque es grande y ya lo ha demostrado”
El 2 de diciembre, en la final de vuelta, abrió el camino con un derechazo impactando un impecable balón enviado por su connacional Matías Pisano. Lucas se adentró al área dejando atrás la marca y de primera venció la resistencia de Kevin Cataño.
La final terminó definiéndose en penales y Ríos –que jugó un total de 17 partidos en el semestre- fue el elegido para abrir la serie por parte del Cúcuta. En su ejecución falló ante Cataño, pero terminaría celebrando tras el triunfo motilón (3-2) con el protagonismo de Diego Calcaterra, Mauricio Duarte y Cristian Álvarez, además de Ramiro Sánchez que paró dos tiros.
Con la presea de campeón colgada en su pecho y el abrazo de los suyos, dijo a los micrófonos de este medio: “es la medalla que más me representa. Volví a jugar gracias a Cúcuta, me siento jugador gracias a Cúcuta”.
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