Solucionado el tema, regresó y siguió en alto nivel marcando un doblete en la sexta fecha de los cuadrangulares ante Patriotas en Tunja, que llevaban al Cúcuta a la final, pero, de forma increíble, el rojinegro terminó remontado y eliminado.
La desconfianza reinaba de cara al Torneo II-2025 y, en el desarrollo del semestre, se le acusó de ser un divisor del grupo. Con el Rolo empezó siendo titular y luego perdió la posición.
En los cuadrangulares, en la victoria 1-2 ante Jaguares, Flórez lo sustituyó tras haberlo ingresado minutos antes, situación que llevó a que tuvieran un cruce de palabras, y en el duelo siguiente fue desconvocado.
‘Cada caída me enseñó’
Los comentarios aumentaron y se le seguía señalando. Aun así volvió en la última jornada de cuadrangulares y marcó el gol que llevó al rojinegro a la final, de tiro libre, en el triunfo 4-0 ante Internacional de Palmira.
“Cada caída me enseñó. Cada lágrima me limpió el camino. Cada duda me hizo más humano. Volví a nacer en este camino. Me levanté una y mil veces, y cuando llegaron los momentos decisivos, no me achiqué. Ahí estuve, firme, entero, dando el corazón. Porque esto no lo hice solo por mí: lo hice por la gente que creyó, que apoyó, que empujó incluso cuando las fuerzas parecían agotarse, pero también por toda esa gente que me abrazó sin tocarme, que me cuidó con palabras, con miradas, con fe”, comentó el creativo, que aportó 9 goles y 4 asistencias en 2025.
El nombre de Álvarez quedó sellado en la historia del club en un año de polémicas, señalamientos y finalmente redención y gloria.
“Levanto este título con una ternura enorme. Porque detrás de esta victoria hay cariño, hay entrega, hay noches en vela, hay corazón. Gracias por acompañarme, por creer, por sostenerme cuando flaqueé”, expresó el deportista de 33 años.
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