Definitivamente, la ciudad se encuentra en una de las peores situaciones en materia de recolección de residuos sólidos, mal llamados basuras, toda vez que la composición de los mismos, permite su aprovechamiento no solo desde la óptica ambiental sino económica.
En nuestra ciudad y otros municipios del Área Metropolitana, presta el servicio de recolección la empresa Veolia, que puede darse por bien servida dado que en la capital del hermano departamento de Santander y otros municipios del área de influencia, deben compartir el negocio con dos y hasta tres empresas que brindan oportunidades y mejor servicio a la ciudadanía, sin embargo es hora de analizar hasta cuando tiene la exclusividad la empresa citada, porque a decir verdad, el objeto contractual se incumple parcialmente por razones que desconozco y en cambio, distrae el foco del mismo en otras actividades que siendo importantes, no deben desmejorar la actividad de recolección de los residuos sólidos.
Mi comentario apunta a que recientemente, Veolia recibió el premio a la innovación empresarial y no creo que el reconocimiento tuviese que ver con las mejoras del servicio público o la transformación de su procesos que apunten a optimizar la recolección, que bien debió ser el punto de apoyo para los jueces, mientras la ciudad avanza en problemas puntuales de contaminación ambiental, afectando los recursos suelo y aire, en el entendido que la inoportuna recolección, abre el camino a fuertes olores ofensivos, producto de la descomposición de materia orgánica.
Curiosamente, es ese material el que se utiliza en la producción de abono a cero costo para la empresa, pero que misteriosamente su uso o la posibilidad de que sea aprovechado para mejorar la cobertura vegetal de parques, no es visible o es objeto de trueque, tal como tuve conocimiento de una petición de la comunidad de un sector de la ciudad, que pedía abono para mejorar las condiciones del suelo del parque, y recibió como respuesta que debían entregar dos bultos con recipientes transparentes, a cambio de dos bultos de abono.
Conocí el derecho de petición librado el 5 de noviembre sin respuesta escrita a la fecha, pero de labios de la presidenta de la junta del barrio, me comentó que recibió una llamada de un empleado del grupo de gestión social de la empresa, exigiendo lo anotado a cambio del abono que nada les cuesta y en cambio, ayuda en las tareas de revegetalización y es esa situación la que me lleva a pensar si el premio entregado a Veolia fue realmente justo, por cuanto los reconocimientos deben ir de la mano de una sumatoria de ejecutorias, en particular las que son el objeto contractual de un servicio público y si el mismo se está prestando con calificación de excelencia, pues bienvenida la innovación y demás actividades que engrandecen a una empresa, mientras tanto, no.
Ojalá el gerente de la empresa Veolia en la ciudad, reconsidere y evalúe internamente sus procedimientos, en particular los que guarden relación con un óptimo servicio, porque a la fecha, tenemos ruedas sueltas exigiendo lo indebido, las vías y andenes invadidos por basuras.
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