
La territorial de la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP) de Norte de Santander y Arauca ha sido una institución con funcionamiento positivo. Ha cumplido, en una proporción no desestimable, con los objetivos académicos que la identifican.
Por eso resulta preocupante que lo alcanzado pueda disminuirse bajo las presiones de intereses particulares de índole politiquera, como puede estar ocurriendo. Una señal negativa y preocupante es la prolongada vacancia con respecto al cargo de director territorial. Ha pasado tiempo sin que se tome una decisión que le ponga fin a la interinidad y se garantice el manejo idóneo que se requiere.
En un lapso de cinco años han ocupado la dirección territorial de ESAP dos idóneos profesionales: Oscar Eduardo Carvajal Labastida y Fabio Torres. Con suficientes merecimientos para ese desempeño lo ejercieron durante poco tiempo.
El caso más sorprendente es el de Torres, cuyo nombramiento fue revocado dos meses después de su posesión, sin justificación alguna. Fue la negación de la posibilidad de contar con un académico de reconocida solvencia intelectual. Y se ha mantenido la vacancia como resultado de imposiciones de corte clientelista, según fuentes que tienen conocimiento de la situación.
Lo último que se sabe es que no se tomaron en cuenta los resultados obtenidos por los seleccionados en la terna puesta en consideración. Y aunque se hizo un nombramiento este no se ha hecho efectivo.
Aunque la dirección nacional de la ESAP dice que sus decisiones para el tema que nos ocupa están ceñidas a normas legales, no deja de causar extrañeza el manejo aplicado en la territorial de Norte de Santander y Arauca.
Lo que está ocurriendo no es de buen recibo y debe tener correctivo inmediato por parte del organismo superior de la ESAP. Lo que corresponde es la designación de un director territorial que sea garantía de correcto manejo académico de la ESAP. Y para ello no se necesita el visto bueno de ningún político, así tenga curul en el Congreso.
No puede ser que la educación tenga que someterse a la manipulación de alguien y en beneficio particular. Eso lleva a la degradación y se corre el riesgo de incurrir en una grave afectación.
Quienes tienen a su cargo el funcionamiento de la ESAP no pueden ser cómplices aperturas a las ligerezas ni a las dañinas trampas. La responsabilidad que han adquirido es de alcance nacional. No pueden caer en lo deleznable.
Pueda ser que la ESAP en Norte de Santander y Arauca entre en una nueva etapa de desarrollo sostenible, en la perspectiva de ampliación de sus programas, con los que debe beneficiarse la comunidad regional por la formación que reciben quienes acceden a los programas de la institución educativa.
Norte de Santander y Arauca esperan una ESAP fortalecida, con dinámicas que contribuyan a poner la educación al alcance de quienes la requieren y que esté libre de nocivos entrampamientos. Es un derecho que debe tener cumplimiento integral y oportuno.
Puntada
Con la visita del presidente Gustavo Petro a Los Patios el pasado jueves ese municipio recibió un apoyo significativo de parte del Estado en el campo de la salud. Los beneficios son muy positivos.
ciceronflorezm@gmail.co
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion