
Mientras crece la tensión entre los Estados Unidos y Venezuela, Petro ha ordenado la movilización de 25000 efectivos adicionales de las fuerzas armadas a la frontera en el sector del Catatumbo. No señaló de que parte del país serían transferidos, ya que por todas partes grupos armados de diferentes denominaciones controlan regiones del país. Además, hace poco tiempo, cuando la situación en esa región llegó a un punto crítico, el gobierno había dispuesto el desplazamiento de unidades militares y de policía bajo el mando de un alto oficial del ejército.
Tampoco explicó el presidente si esa decisión se encontraba dentro confuso el “Memorando de Entendimiento” del 17 de julio pasado firmado por la ministra de comercio de Colombia. De todas maneras, Maduro le agradeció en forma muy especial al mandatario colombiano la decisión.
Lo que implica que, en el mejor de los casos, existe la convicción de Maduro, Cabello y de Padrino, que los efectivos militares colombianos, con los 15000 adicionales que envió Venezuela a la frontera, impedirían supuestamente eventuales acciones de los Estados Unidos desde territorio colombiano, como se especuló en los tiempos del presidente Duque y el señor Guaidó.
El problema ahora es que, como se lo habrán explicado los asesores rusos a Maduro, las modalidades de la guerra han cambiado totalmente y ya los 4 millones y medio de milicianos enlistados por el mandatario venezolano, que según el inefable Diosdado Cabello defenderán calle por calle y casa por casa, como si tratara de la batalla de Stalingrado durante la segunda guerra mundial, no podrían ser utilizados. La guerra entre Rusia y Ucrania y los ataques norteamericanos e israelíes sobre los objetivos nucleares en Irán, así lo han demostrado.
También Petro ha enviado todo tipo mensajes de apoyo a Maduro ante la presencia de la flotilla norteamericana en el Caribe. Pero eso es otra cosa, puede seguir haciéndolo.
El problema sería si Petro, que ha dicho que es el jefe supremo de las fuerzas armadas colombianas, dispusiera el ingreso de éstas a territorio venezolano para unirse a los militares de Maduro a enfrentar a los Estados Unidos.
Una decisión de esas características podría ser el mayor error político en la historia de Colombia y con unos costos impredecibles para el país. Sin contar con que Maduro es el personaje más impopular dentro de la opinión pública colombiana y que no se sabe muy cual sería la actitud de los mandos militares de nuestro país ante semejante dislate.
De todas maneras, una intervención militar de los Estados Unidos en Venezuela, generaría una reacción generalizada en contra de Washington en casi todo el continente y sin duda de otros Estados. Maduro y su combo y de narcotraficantes pasarían a ser héroes. Además, sería alimentar en nuestro país, los pretextos de los grupos armados para continuar con la delincuencia galopante, en ese marco envueltos en la bandera de la soberanía y de la no intervención.
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