Padecer un segundo atentado en contra de su integridad en menos de tres meses fue suficiente para acabar con la vida de Johan Bohórquez Ballesteros, un hombre de 29 años, que sobrevivió un episodio violento en Ocaña, pero en el sector de Pinar del Río, la delincuencia logró ponerle fin a su vida.
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El pasado lunes, su muerte se confirmó, sus últimos momentos los pasó en un centro asistencial, donde, a pesar de los esfuerzos del personal médico, las heridas por arma de fuego fueron demasiado graves y terminaron por causarle la muerte.
El segundo, y definitivo, atentado en su contra ocurrió en la noche del domingo, 9 de noviembre, en un establecimiento comercial sobre la glorieta Virgilio Barco, mientras Bohórquez departía en un establecimiento comercial.
Al sitio llegaron dos criminales en motocicleta, que le dispararon en repetidas oportunidades hasta dejarlo gravemente herido, con varios impactos de bala que, horas después, añadieron un número más a la amplia cifra de homicidios cometidos durante ese fin de semana en Cúcuta y su área metropolitana.
Se conoció que el hombre habría sobrevivido a un atentado armado dos meses antes en Ocaña, por lo que las autoridades investigan si ambos hechos tuvieron relación.
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