Un niño que no llega ni a siete años de edad tuvo que enfrentar una de las situaciones más complicadas que se pueden vivir, pues su mamá, Daigmar Moraima Plasencia Ortega, fue asesinada con sevicia frente a sus ojos inocentes.
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Aunque no lograra comprender lo que estaba sucediendo, el pequeño tuvo la claridad para salir corriendo en busca de auxilio. Toda la alegría que sentía luego de pasar una tarde agradable en familia se convirtió en un miedo desgarrador, generado por un nuevo episodio de violencia.
Él recorrió más de 20 metros a la carrera hasta llegar a una vivienda cercana, “¡ayuda, ayuda, mataron a mi mamá!”, gritó frente a unos vecinos, quienes salieron para resguardar al niño y ver a la mujer tendida en medio de la vía, junto a un motocarro al que pronto la subieron en un intento fallido de salvar la vida de la joven venezolana.
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Los últimos momentos
Daigmar, conocida como la Flaca, había llegado al club recreacional Paz y Futuro, ubicado a pocos metros del casco urbano de El Zulia, junto con sus hijos, su hermana y sus sobrinos, sobre la una de la tarde del pasado lunes, 10 de noviembre. El objetivo era claro y sencillo: tomarse unas cervezas y pasar un buen rato.
En cierta medida lo cumplieron, pues los trabajadores y demás testigos de sus últimos momentos la vieron contenta y alegre, como se caracterizaba, hasta que sobre las tres de la tarde decidieron irse.
La Flaca se adelantó a los demás y junto a su pequeño hijo salió para llamar un motocarro que los transportara, cuando este llegó, intentó subirse, pero no lo logró, pues le llegó la muerte.
A la par llegó otra moto, con dos sujetos a bordo, quienes se detuvieron junto al vehículo. Los criminales identificaron a Daigmar y no dudaron en abrir fuego, apretando el gatillo una decena de veces, por lo menos nueve disparos impactaron en la mujer de 23 años, quien cayó de inmediato en el cemento, gravemente herida.
Los responsables escaparon y el hijo de la mujer trató de ponerse a salvo. Acto seguido, sus familiares salieron del club para verla allí, de inmediato la subieron al vehículo y con prontitud la trasladaron al hospital municipal, donde falleció pocos minutos después.
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Se fue con mamá
Los meses finales de Daigmar estuvieron marcados por el luto, pues fue complicado lidiar con la muerte de su mamá, fallecida el pasado 8 de marzo, a causa de un cáncer que no tuvo piedad.
Encontró en su hermana un gran apoyo para seguir adelante con sus vidas, incluso ayudándola a pasar un momento complejo de salud en el que tuvo que pasar por el quirófano, momentos en que Daigmar no dudó en acompañarla y sacarle una sonrisa.
Pero el destino fue caprichoso con la hermana, pues ahora deberá lidiar con el doble luto y el cuidado de tres niños que quedaron huérfanos de madre.
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