Acaba de ocurrir, como casi todos los años que, el día 13 de junio se oye en las emisoras de radio y se cita con frecuencia la letra de una canción popular que en alguno de sus apartes dice: “Palo, palo, palo, palo bonito, palo eh. Eh, eh, eh, palo bonito, palo eh. Oiga, San Antonio, a mí me gusta esa. Si está acompañada, pues, no me interesa”. Todo esto por cuenta que ese día la iglesia católica celebra la fiesta litúrgica de San Antonio de Padua, doctor de la iglesia y patrono de los pobres.
El santo nacido en la capital de Portugal y fallecido en la ciudad italiana de Padua es reconocido por ser milagroso y valorado como el más grande taumaturgo de todos los tiempos. Su fama es también conocida por ayudar a buscar una buena pareja, por lo que algunas personas ponen de cabeza su imagen hasta que ese otro aparezca y ocurra el milagro. En honor al Santo en Lisboa desde hace 66 años se celebra una boda comunitaria a la cual concurren parejas con pocos recursos económicos y los costos de su enlace matrimonial son cubiertos por el ayuntamiento, la ceremonia es tradicional y se lleva a cabo en la catedral de esa ciudad, lo cual ocurre el 12 de junio en la víspera del día del santo.
A propósito del tema, en Colombia parece que cada día hay menos matrimonios por el rito católico que sigue siendo, sin embargo, el que se celebra con un mayor número entre todas las religiones. Estando reconocido por las autoridades el matrimonio civil muchas parejas acuden a este para formalizar su unión. La convivencia por más de 2 años –en unión libre- también es contemplada como una pareja válida con todas las garantías de las cuales gozan según la ley los que se hayan casado por cualquier medio. Añadamos a lo anterior que el matrimonio entre contrayentes del mismo sexo ha sido avalado en Colombia por la corte constitucional desde 2.016.
Acudiendo a las estadísticas entre 2.016 y 2.024 contrajeron matrimonio en Colombia 461.300 parejas, en ese periodo el registro más bajo con 43.363 nupcias correspondió al año 2.020, es muy probable que haya sido influenciado por la pandemia. Lo anterior está en contra de la idea generalizada que los jóvenes ahora no se casan para evitar el compromiso de juntarse y formar una familia, contraponiéndose al llamado estado de crisis del matrimonio.
A San Antonio del Táchira, tal vez volvamos un poco después para recorrer sus calles y visitar la basílica menor, cuando otro gobernante ocupe el palacio de Miraflores en Caracas. San Antonio también puede obrar ese milagro. Entre tanto, recordemos que el santo no solo es invocado cuando de encontrar pareja se trata sino también para otros logros a través de sus milagrosas intervenciones por ser el patrón de los pobres, por encontrar objetos perdidos y ayudar a mantener la unión familiar porque, así como hay muchos matrimonios también estos se disuelven a través del divorcio, del cual nos ocuparemos otro día.
jorgepabonl@yahoo.com
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