Acaba de presentar el gobierno nuevamente el proyecto de ley de reforma a la salud, proyecto que fue negado en la pasada legislatura por el Congreso de la República.
Manifiestan algunos congresistas que el proyecto en mención es una copia exacta de la rechazada anteriormente, que no fue socializada con los partidos políticos, ni con las autoridades científicas del sector salud, mostrando de entrada su desacuerdo con el mismo.
Del mismo modo, expresaron su desacuerdo, la asociación de pacientes a través de su vocero.
No nos digamos mentiras ni tapemos el sol con un dedo, el sistema de salud actual está completamente colapsado. Los pacientes pasando por las verdes y las maduras para conseguir, inicialmente una cita médica y cuando de milagro la consiguen, viene el calvario de las colas para reclamar los medicamentos que en muchos casos no los hay. En las clínicas y hospitales no atienden a los pacientes de determinadas EPS por ser deudoras morosísimas en las mismas.
Las EPS están quebrando a clínicas y hospitales, estas con problemas financieros graves por el no pago oportuno del servicio y para colmo de males al declararse en quiebra o las interviene la Superintendencia de Salud, les amarran conejo definitivamente al pasar esas deudas a las cuentas incobrables.
Y eso por supuesto lo conocen de sobra los señores congresistas que defienden a capa y espada el actual sistema corrompido, del cual muchos son beneficiarios directa e indirectamente, porque a través de testaferros son socios de las empresas prestadoras de salud o por ser financiadores de sus campañas políticas. Es una verdad de a puño. ¿Cuántos congresistas se declararon impedidos para votar la pasada fallida reforma? Fueron bastanticos.
Se le presenta al Congreso la oportunidad histórica de debatir con altura el proyecto presentado por el gobierno, de realizar audiencias con las organizaciones científicas, de pacientes, con las fuerzas vivas de los entes territoriales, los sindicatos, en fin, con todas las personas u organizaciones que puedan enriquecer el tema para que de verdad se apruebe una reforma que favorezca a la gente pobre del país. No más privilegios para los poderosos.
Son los pobres los paganinis de este desastroso sistema que no tienen con que pagar una prepagada o póliza de salud, como si lo hacen con mucho sacrificio la clase media y media alta y la pudiente que subsidian de esta manera a los sintecho.
Señores congresistas, por una vez pónganse la mano en el corazón y legislen sin los egoísmos de sus propios intereses, cualquier reforma que se haga será mejor que la actual, excepto si la cultura de la corrupción persiste, no hay reforma que funcione.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion