En una columna escrita, el pasado viernes 5 de mayo , en el periódico El Tiempo, por Ricardo Silva Romero, quien ha sido premio nacional de periodismo, referente a Sabas Pretelt de la Vega, exministro de gobierno, de Álvaro Uribe Vélez, se refiere al montaje que ha pretendido, ahora este personaje para intentar que la justicia especial a la que piensa someterse, con el propósito de que le revise favorablemente la sentencia condenatoria que le dicto la Corte Suprema de Justicia, por haber sobornado , a nombre del Gobierno Nacional a Yidis Medina, para que votara a favor de la reelección de Álvaro Uribe Vélez, a cambio de una notaría y de otros cargos de singular importancia, se produzca, contando con una nueva ampliación de Yidis, bajo amenazas graves, como aparece en un video que Sigilfredo López, ex abogado de Yidis, le entregó a ésta, sobre una conversación, en que Sabas Pretelt,, le confiesa contar con argumentos suficientes para ablandar a Yidis, y obligarla a decir que todo lo dicho anteriormente contra él, había sido falso.
En uno de sus apartes Ricardo Silva, dice lo siguiente:
“Este martes Pretelt, se agarró con Medina, al aire en la W, por culpa de una grabación en la que se rebela que él- a estas alturas de la trama y ahora que piensa someterse a la justicia especial que trajo el acuerdo de paz- ha querido que ella cambie su versión de los hechos. Dijo Medina, que temía por su vida porque el uribismo ya había producido siete montajes en su contra”.
En el agarrón se oye a Yidis Medina, en tono fuerte decirle a Sabas que si quería limpiar su nombre, dijera la verdad. Se escucha, también, la respuesta de Sabas, diciéndole que no lo señale canallamente, que la grabación era un simple montaje y que su texto no correspondía a la verdad. En dicho enfrentamiento se le oye arremeter contra Sigifredo López, por haber grabado la conversación que posteriormente entrego a Yidis.
En esa columna el inteligente, mordaz e incisivo periodista, suelta una frase que vale la pena transcribir:
“Tendría uno que haber sido un profeta siniestro para imaginarlo en prisión, 25 años después, por haber comprado aquella reelección de la que no hemos podido reponernos”.
En el Espectador del pasado domingo 30 de abril, aparece un extenso reportaje que Cecilia Orozco Tascón, le hace a Yidis Medina, a raíz de las pretensiones malévolas de Sabas Pretelt de la Vega, que aparecen en la grabación que Sigifredo López, le entregó a Yidis.
Allí se le pregunta a Yidis, lo siguiente:
“Hablando de condenas, ¿cuáles pruebas entregó usted en el caso que nos compete hoy, el de Sabas Pretelt de la Vega?
Respondio: “ En la sentencia contra él consta una fundamental: que el exministro Sabas Pretelt, directamente, le ordenó al superintendente de Notariado y Registro de la época, Miguel Cuello Baute, (quien también fue condenado por otros hechos), quien le respondía como subalterno, entregarme una notaría a mí en Barrancabermeja, y otra a Teodolindo, en Bogotá, en la que yo terminé siendo intermediaria para que le cumplieran la oferta a Teodolindo. El ministro firmó las resoluciones de nombramiento de los titulares de esos despachos. También está la firma del presidente Álvaro Uribe y la del superintendente. Es fácil: quien quiera, puede leerlas. ¿De dónde va a sacar el exministro “10 grabaciones” en las que yo supuestamente dije lo contrario. Y si existieran, la pregunta es: ¿Por qué no las usó cuando estaba en el juicio para demostrar su inocencia y porqué, en cambio, lo condenaron? ¿ Qué va a hacer usted, después de esta entrevista?
Respondio: “ Nada más de lo que ya estoy haciendo: contar públicamente lo que está pasando, ratificarlo ante la Fiscalía y colaborar con la justicia siempre en beneficio de la verdad”.
Finalmente, me permito recomendar tanto el reportaje a Yidis Medina, como la columna de Ricardo Silva Romero, para comprender la razón por la que Sabas Pretelt de la Vega y demás altos funcionarios del Gobierno, armaron el soborno contra Yidis Medina para que Álvaro Uribe Vélez fuera reelegido a un segundo periodo presidencial. De dicho texto se deduce, sin la menor duda, ni el menor esfuerzo, que el artífice supremo de la trama delictual que fue armada, fue el propio exmandatario.