“Procastinar”, dijo el exministro conservador Juan Camilo Restrepo en su columna del domingo pasado, es un horroroso anglicismo que retrata la inepcia ante todo lo que vienen sucediendo en Colombia. Pienso que, si en Colombia llueve, por aquí no escampa.
Procastinar al decir de la RAE es aplazar sin razón, posponer, dejar para mañana, aplazar con pretextos irrelevantes, diferir tareas y deberes por otras actividades de ningún esfuerzo. No enfrentar las responsabilidades.
Juan Camilo Restrepo se refería a las reformas laboral y pensional que según él; están lejos de ver su día, pues se les fue el 2019 en anuncios y nada, con el fin de distraer para asegurar la aprobación de la ley de desfinanciamiento. Luego las marchas nos asustaron a todos, sumada a la invasión de migrantes venezolanos en busca de libertad, de pan y de agua. Ahora con el terrorismo del paramilitarismo de izquierda y de derecha y el regreso de la inseguridad. Pero el rábano hay que tomarlo por las hojas ya.
Pero bueno ese es el tema del exministro conservador. El nuestro es el “Procastinar” cucuteño y el nortesantandereano. Un prurito que en las academias hemos investigado clandestinamente, porque infunde miedo por las represalias, pero que hay que enfrentar con decisión como lo hizo Jairo Yáñez Rodríguez en la campaña por la alcaldía de Cúcuta, y que la comunidad le creyó.
Jairo Yáñez propuso el cambio, está tratando de planearlo y hacerlo y todos a una debemos ayudar, los que no lo acompañamos y los que le creyeron el cuento. Esto no puede seguir así: aplazando y retardando las soluciones de los temas esenciales de la comunidad.
Desde el inicio del siglo venimos aplazando con motivos fútiles las grandes soluciones, o tapándolas con decisiones falsas, equivocadas y a veces corruptas. En materia de Aseo, por ejemplo, se firmó un contrato de concesión para el manejo del aseo y relleno sanitario (618 de /2000) sin que mediara las autorizaciones institucionales y legales con una entidad privada “intuito personae” y cláusula restringida de cesión y se han violado los requisitos de consentimiento riguroso.
En materia de acueducto y alcantarillado, se firmó un convenio de desempeño y se constituyó una sociedad por acciones, con los acuerdos municipales vencidos en sus términos de autorizaciones y con prórrogas prohibidas por la constitución y la ley, además de la jurisprudencia dela Corte Constitucional y del Consejo de Estado.
Y para condimentar el convenio se reconoció una deuda que hoy vale $200.000 millones de pesos, prescrita y en cabeza de una entidad distinta existente en 1984, más no de EIS Cúcuta SA ESP que vino a nacer en 2007.
En materia de recolección de escombros, se firmó un contrato con Funambiente cuando las autorizaciones otorgadas por el Honorable Concejo Municipal de Cúcuta tenían seis meses de estar vencidas y a sabiendas que lo hacían nulo.
Se firmó un contrato de Concesión de las fotomultas con unas autorizaciones del Concejo Municipal vencidas
Tenemos que ayudar al Señor Alcalde para no seguir cometiendo los mismos errores del pasado pues es una forma de Procastinar en la ciudad, y continuar aplazando con pretextos fútiles las soluciones de fondo.