Un ejercicio de los pensionados para matar el aburrimiento, es tomar partido tardío por las inquietudes comunitarias. Y es entretenido, solo que a veces resulta costoso. Se realiza el adagio de hacer de Cristo para resultar crucificado. En esa ingenuidad ando con dos acciones contenciosas ante el Consejo de Estado luchando por el agua, y otras tres en el Tribunal Administrativo de Norte de Santander. Una de ellas, una acción con uno de los Quijotes de la Ciudad el doctor Jorge Moreno, con el fin de terminar el negociado de la “Escombrera “, que lleva en la faltriquera casi $20.000 millones, incumpliendo con la mayor tranquilidad. En las otras luchas, voy solito, con Dios y la Virgen como decimos en Lourdes y en Gramalote.
Pero los señores candidatos deben comprometerse con cosas serias, como la institucionalización total del municipio, antes que prometer playas artificiales con oleaje azul, cables aéreos, piscinas con olas en cada barriada humilde, becas para producir más doctores en lugar de priorizar la de los técnicos y los tecnólogos, y tantas fantasías de escalinata.
Un tema interesante es la organización perfecta y engranada de la defensa técnica de la municipalidad. Que mantenga como en las otras capitales donde el desarrollo humano nos lleva una gran ventaja, un control y una organización perfecta. Que elimine las islas contradictorias de las asesorías de cada secretaría, sin políticas centrales que se identifiquen con el querer del gerente público.
Y el caso más gráfico de la anterior descripción es el retrato del suceso del contrato de concesión de la escombrera. El señor alcalde ha sido el más preocupado con ese repugnante tema de incumplimiento. Pero el manejo jurídico camina en contra, pues ni a la Secretaría de Planeación, supervisora del contrato ni a la interventoría pasajera y transitoria que le asignan, les causa escozor ni a los asesores jurídicos les duele.
Nosotros desde afuera, con muchas limitaciones económicas ya logramos en primera instancia una sentencia exitosa. Pero ha sido una lucha. El municipio en la administración de María Eugenia, constituyó su apoderado junto con el apoderado de la Contraloría Municipal y el de la Curaduría Urbana y ¡sorpréndanse! Se colocaron de parte de FUNAMBIENTE. Hoy ya el señor alcalde constituyó apoderado, solo que el fallo favorable solo lo defendimos nosotros los veedores ciudadanos, y ante el Tribunal Administrativo solicitamos que el reintegro de los valores pagados por el municipio de Cúcuta se extienda a los años 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017 y 2018.
Una buena suma ¿No? No sobra comentar, que el acuerdo que dio autorizaciones para ese contrato de concesión es nulo. Las autorizaciones a Mora Jaramillo fueron prorrogadas a sabiendas de las prohibiciones de la jurisprudencia y la ley.
Adenda: A Cúcuta se le menciona en el planeta solo por sus deportistas: Jossimar, María Camila, Juan José y... James.