Dijimos el otro jueves, que a este ciclo de inversiones interesantes; arquitectónicas e ingenieriles debería seguir el de la institucionalización del Municipio de Cúcuta. Que cada una de las partes que integran la organización, cumplan la función para la cual fue creada, sin desviarse de su objetivo y racionalizando todos sus recursos.
De ahí la observación, en el sentido que la presentación de la organización municipal, debe ser coherente y precisa. La importancia del organigrama depurado y ajustado a la ley, del que hablábamos como muestra elemental de cambio.
Los candidatos a la gerencia de Cúcuta, deben advertir lo anterior y poner orden, jerarquizando su equipo. Enseñamos en la academia en teoría de las organizaciones, que la dirección, que reposa en el gerente público y el privado cuenta con dos herramientas de gerencia insustituibles y que deben estar a su lado siempre, el uno a la izquierda y la otra a la derecha: El Control Interno y la Planeación, hermanitos siameses.
No puede uno imaginar un buen desempeño de la organización, si no están presentes en cada reunión de Consejo de Gobierno o de junta directiva. Cuando el gerente público no les da la importancia que merecen conforme a la Constitución y la Ley, a esas dos herramientas; se puede afirmar que el gerente va sin rumbo y queda como en el aforismo gringo: “cuando uno no sabe para dónde va, es mejor irse para otra parte”.
Por ello hay que definirle la identidad, la caracterización a cada segmento de la alta dirección: a las secretarías, a las Direcciones, a las gerencias descentralizadas, a los departamentos administrativos. No puede un gerente tener seguridad en sus decisiones, si por ejemplo no sabe cuál es la naturaleza de la entidad. Por ejemplo, la de Planeación. ¿Es Secretaría del Despacho? o ¿Es Departamento Administrativo?
La otra herramienta de gerencia, el Control Interno en el esquema organizacional del municipio de Cúcuta, no tiene complicaciones, porque su marco constitucional y legal es muy preciso. Las dificultades surgen es de la implementación cultural del Control Interno. Y ello es una pedagogía. No hemos superado aun el anacrónico criterio del Control previo y los auditores totales del modelo 86, que existen, se resisten al cambio.
Que no sanciona, que asesora para que la institución no se desvíe del objeto transitorio y del permanente, de su plan de desarrollo y de acción, advierte esos riesgos, sugiere dentro de la organización políticas de control y los concretan todos de consuno en planes de mejoramiento dentro de un plazo racional, supervisa su cumplimiento y si verifica lo contrario compulsa copias las competencias pertinentes. Hasta ahí llega su función. Como se ve es un proceso interno de La organización.
No han entendido ante todo que el Control moderno es interno y no externo. Que se da dentro de la organización con el criterio asesor de la dirección, de la gerencia, conforme al Artículo primero de la Ley 87 de 1993: El Control Interno se expresa mediante las políticas aprobadas por la Dirección, la gerencia, la administración de cada Entidad y además, debe cumplirse en toda La estructura de la organización, a escala, vale decir hasta la Señora de los tintos, para ello se utilizarán todas las técnicas pedagógicas, al fin y al cabo es sembrar esa cultura de convicción por el servicio y la calidad, y se verificará continuamente, se elaborarán manuales de buenas prácticas, buenos sistemas de información en una capacitación, permanente, selectiva, pedagógica.