Por décadas, Colombia ha sobresalido por ser uno de los países con mayores extensiones de suelo dedicadas a los cultivos ilícitos, esto como es bien sabido por años ha causado problemas de violencia, guerras, desintegración social y muchas muertes. Problemas que aun tenemos en la actualidad, sin embargo dada la preocupación mundial y nacional por la comprensión del verdadero estado, causas y consecuencias de la degradación ambiental, al narcotráfico también le podemos sumar que contribuye al incremento de la deforestación, contaminación de suelos y pérdida de la biodiversidad.
Así lo advirtió, por fin, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en un informe sobre drogas presentado el mes pasado por la oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD). Donde incluyen por primera vez los daños ambientales y resaltan a la deforestación como la principal afectación ambiental, generada por los cultivos ilícitos, específicamente en los países andinos como el nuestro donde se identifican cultivos de coca. La deforestación y perdida de biodiversidad se da en primera medida por el cambio de uso del suelo que se presenta por la sustitución de bosques nativos en las bastas extensiones de cultivos ilícitos, mayormente la Coca.
Así como también por la modificación de los ecosistemas que dan paso a caminos, zonas de almacenamiento y hasta de pistas de aterrizaje clandestinas para el transporte de la materia prima.
Pero miremos puntualmente el caso de Colombia donde señalan que entre 2001 y 2014 aparecieron, solo de cultivo de coca cerca de 22.400 nuevas hectáreas, eso en términos gráficos y haciendo una equivalencia al área de una cancha de futbol es como si en esos 13 años se hubieran perdido 32.000 canchas de futbol llenas de bosque que dieron paso a cultivos ilícitos por culpa de carteles de la droga.
Ahora bien miremos otro factor de riesgo ambiental asociado a este cultivo, el uso de productos químicos, los cuales claramente no tendrán ningún tipo de control de uso y de disposición, por lo cual sus residuos tóxicos son vertidos a las quebradas y ríos que abastecen de agua potable a la población, lo cual incrementan el riesgo de salubridad de los colombianos.
Otro dato que alarma es la ubicación de estos cultivos, pues tradicionalmente se han desarrollado en zonas de difícil acceso a las autoridades, lastimosamente empalmando con parques nacionales y regionales naturales que debían estar protegidos y blindados por el gobierno nacional a este tipo de alteraciones, los cuales se han visto seriamente afectados por la deforestación, cambio de uso del suelo y perdida de Biodiversidad. El informe señala que el área sembrada con coca en Parques, aumentó en el ultimo año de medición en un 45%, así mismo de los 59 Parques Nacionales que tiene Colombia 16 de ellos presentan cultivos de coca, entre los parques afectados se encuentran: Sierra de La Macarena (Meta), Munchique (Cauca) , Alto La Fragua (Caquetá), Catatumbo (Norte de Santander).
El informe mencionado, revela cifras hasta 2014. Sin embargo, Estados Unidos tiene un dato mucho más reciente en el que los cultivos de coca alcanzaron las 159.000 hectáreas, cifra preocupante para Colombia en la lucha contra las drogas y con el papel que jugará el medio ambiente en el posconflicto, teniendo en cuenta que, según organismos de seguridad del estado las FARC son el grupo armado ilegal que tiene al parecer bajo su control el mayor número de hectáreas de coca. Estas tendrían que acabarse con el fin de la guerra.
Esperemos cual será el actuar del gobierno una vez se firme la paz y muchos cultivos de coca queden a la deriva, nuevos dueños aparecerán y la erradicación de cultivos continuará, la lucha por una Colombia sin drogas seguirá, aún así muy seguramente nuevos carteles continuarán con la destrucción de las riquezas invaluables de nuestros parques naturales.
*Decano Asociado de Ingeniería Ambiental, Universidad Sergio Arboleda