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Mamertos y reaccionarios
Hay palabras que, por sí, constituyen un falso prejuicio, tal es el caso de “socialismo”.
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Miércoles, 2 de Diciembre de 2020

Hay palabras que, por sí, constituyen un falso prejuicio. Tal es el caso de “socialismo”, que hace poco produjo leves movimientos telúricos en los Estados Unidos y en el Caribe.  Ese prejuicio, entre nosotros, tiene un sabor bananero, tal vez por ello en Norteamérica solo produjo escozor en los estados de migración latina fuerte, como La Florida y California y algo en los estados del sur.

La palabreja movió y asustó al mundo hace mucho tiempo, pero ahora no. En el florecimiento y en la decadencia de imperios y colonias, o de Estados, traducía caída y desastre, regresión e indignidad. Historia larga en nuestra cultura occidental desde la República en Roma. Roma la del asistencialismo, el pan y el circo, la inflación y el descontrol de precios que anunció la caída del imperio. Pero en los Estados unidos, la palabreja ya no asusta, la manosean desde 1896 cuando en el ejercicio político tuvo alguna incidencia.

Ese año se produjo la gran controversia de “La salvación por la Sociedad”, que el devenir histórico señaló con fracasos por las cuatro esquinas.  Así surgió en Estados Unidos la antítesis de esa salvación, con los llamados “grupos de Interés económico”, que llevan al ejercicio del poder con otra mirada.

Todo lo social, comenzó con Bismark y la primera experiencia del Estado de Bienestar, con seguridad social obligatoria, seguro de accidentes, protección a los trabajadores en las enfermedades y la vejez. Una sagaz forma de desvanecer la lucha de clases que llevó a los socialistas a aburguesarse.

Desde entonces en Usa, no asusta el socialismo, por ello fue un error del gobierno republicano de Trump utilizarlo para intimidar. En los Estados Unidos desde 1896 el gran Ideólogo y estratega Mark Hanna, diseñó esa nueva política de los “Intereses Económicos”, que en el recorrido del tiempo se tradujo como; Teoría de la Prosperidad, luego Desarrollo Económico y hoy enriquecido con más contenido de dignidad “Desarrollo humano”.

Pues bien, Hanna para las elecciones presidenciales de 1896, sugirió esa teoría con la aparente defensa de la fuerza laboral y vean la paradoja; no la utilizaron los Demócratas, tan liberales, sino los Republicanos. Así llegaron al poder con William McKinley y durante 16 años se quedaron, con la famosa Teoría de los Intereses Económicos.  Perdieron el poder por la división interna.

La Teoría de Hanna estuvo vigente casi un siglo. Los Demócratas entendieron a Hanna y sus lecciones y 40 años más tarde en 1932, ganaron con Teodoro Roosevelt poniendo en práctica la política de reconstrucción de la economía con el intervencionismo estatal, que adobó Keynes y nació el estado de bienestar de sabor social. Con el New Deal, la economía creció con mayor consumo y este con niveles de empleo alto, generando la intervención del Estado con mucha inversión.

Todo este borbollón social fue la vacuna para perder el miedo a la palabreja. El socialismo ya no asusta. Los republicanos que ya lo conocían desde Mark Hanna y la revirtieron con 16 años en el poder desde McKinley.  Por ello Trump no andaba en nada. 

“El interés de los negocios” de Hanna, no era el de General Motors, o el Citibank, sino el del zapatero, el propietario de un bar, o el del ebanista de una pequeña ciudad. El de la clase media americana, que es su fortaleza. Que comenzó con los trabajadores de “cuello azul” de la industria automotriz de Detroit, que ahora se miden por su capacidad de gasto y así todas las corporaciones industriales.

Si, el socialismo ya no asusta, casi siempre se desploma y la tendencia de la historia es no repetir errores. Estén tranquilos, mamertos y reaccionarios.

Adenda: En enero, es probable, ya habrá un definido y experimentado equipo de trabajo en el municipio de Cúcuta.

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