Pareciera un insulto a la memoria de Bolívar y Santander la propuesta de algunos integrantes del concejo de Cúcuta de levantar un muro en la frontera de los dos país. Es un desconocimiento a una historia de más de doscientos años de dos naciones que han sido construidas sobre la idea de unión, que incluso con la misma constitución de Cúcuta de 1821 intentó crear la Gran Colombia formar una nación con lo que por aquellos años era Quito, la Nueva Granada y Venezuela.
Otro tema diferente es que en algunos episodios de nuestra vida política haya habido gobernantes mediocres, que tampoco han entendido el contexto histórico de dos naciones que las llevaron a que por siete años estuviere cerrada la frontera. La propuesta además de insólita y absurda, desconoce el contexto mundial de lo que deben ser las relaciones e intercambio entre los países.
Para ello hoy en día apenas es suficiente atravesar la frontera, que frecuentemente ni siquiera es visible entre países de la Unión Europea, en la que en un viaje se percibe el cambio porque de un momento a otro aparecen avisos y letreros en otro idioma.
¿Acaso los concejales de Cúcuta que hicieron la propuesta llegan a tener algún cálculo de la extensión de un muro de esa magnitud? Tendrán claro que los kilómetros de extensión entre la frontera de los dos países es de cerca de 2.200 kilómetros? Habrán escuchado que Trump siendo presidente de USA en algún momento propuso la misma idea en la frontera con Méjico, y que a pesar de su gran potencial económico, por años no han logrado resultado alguno? La verdad es que la propuesta muestra ante todo el nivel tan pobre que en algunos casos tienen sus cabildantes, la descontextualización tan grande de los verdaderos problemas que hoy en día afronta Cúcuta, la manera como creen que deben combatirlos.
Es decir, después de escuchar que esto es de lo que se ocupa el concejo de Cúcuta en sus debates, que les implica horas de trabajo, la realidad es la que como ciudadanos quedamos con más preocupaciones que tranquilidad por el futuro de la ciudad.
Sabemos que el presidente Nicolás Maduro del otro lado de la frontera ha llegado a unos niveles de afrenta y rechazo a cualquier expresión de democracia, que en su propósito de mantenerse en ese rasgo dictatorial está dispuesto a desconocer lo que se interponga en su camino: inhabilitar candidatos, desconocer las sanciones internacionales, no considerar los llamados que le han hecho presidentes de otras naciones como lo acaba de hacer Lula en Brasil.
Así son los dictadores, así arrasan a su población a un abismo, y para les importa que hoy en día los niveles de pobreza en Venezuela se acercan a un 85%, con cifras de pobreza absoluta del 58%. Nada de eso les importa. El tema es seguir en el poder al precio que sea. Hasta el Presidente Petro envió un mensaje de rechazo que dio lugar a otra respuesta de Maduro en la que alcanzó a señalar que las relaciones entre los dos países podrían tener alguna afectación.
Si bien todo ello es cierto, esa realidad no le da al concejo de Cúcuta de hacer una propuesta tan insólita y absurda. Por lo menos algunos de los cabildantes, quienes hicieron la propuesta, deberían leer y tener un mejor contexto de la historia de estos dos países, leer lo que fue la intervención de Bolívar en el congreso de Angostura de 1819, y así entender que lo que necesitan estos países es inteligencia y sindéresis en asuntos de gobierno.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion