“Quien se levanta tarde, ni oye misa, ni compra carne” Refranero popular”.
A cinco meses de terminar su mandato, al señor alcalde le dio por revisar los incumplimientos de su gestión con las diez comunas de la ciudad. Tardíamente lo hace en ejercicio de su insensatez. Le cogió la noche, como dicen sus ancestrales de Gramalote, o la leva como gritan los costeños.
El siete de diciembre de 2021 Jairo Tomás Yáñez y su Director del área metropolitana le prometieron el oro y el moro a la gente de la Comuna ocho, la de Palmeras, Los Almendros, Atalaya, La Victoria y otros suburbios con unos sesenta mil habitantes, con su proyecto de renovación urbana que ejecutaría a un costo de siete mil millones de pesos su Consorcio Urbano Kennedy.
Ello incluía: un parque lineal sobre un costado de la avenida y espacios multidisciplinarios hasta para las mascotas, cafeterías multiespaciales, escenarios recreativos, zonas gástricas como las “rest áreas” norteamericanas, parques arborizados y jardines, quioscos comerciales a lo largo de caminos peatonales para caminantes de piso duro, paraderos, bahías de parqueo, plazoletas y rotondas de gradería para teatro y actividades culturales, gimnasios al aire libre, zonas de Wifi. Vale decir; la estrategia para todos. Todo un sueño.
Simultáneamente integró unos equipos de trabajo conformados por la comunidad, que hoy deberían darnos fe, si eso se cumplió, pues el señor alcalde no lo ha hecho.
Tampoco supimos si las irregularidades señaladas recientemente por el Consejo de Estado y la CGR contraloría general de la república, - Reyes de burlas- en esos contratos se subsanaron. En otros términos, es probable que el alcalde y el director del Área Metropolitana sean condenados el año entrante, por celebrar contratos eludiendo la selección objetiva, como les ocurrió a Riascos y a Ramírez Lobo.
Pero bueno, ¿cómo andarán las utópicas promesas que hizo al resto (9) de las Comunas? Los precandidatos y candidatos inscritos para la próxima escogencia deben saber qué les entrega el señor alcalde, incluidos sus incumplimientos y los compromisos viables que planteó al Banco Interamericano de Desarrollo en la cumbre de “Ciudades de las Américas” en su viaje de abril a los Estados Unidos que fue autorizado a regañadientes por el Honorable Concejo Municipal.
Jairo Tomás Yáñez debería citarnos a todos y contarnos, pues vamos a comenzar a decidir bien el futuro, que él en su peregrina inspiración denominó Cúcuta 2050.
Allá en Denver y en Washington les mencionó sus incumplimientos relativos a:
La construcción de la Planta de Tratamiento de aguas servidas del Rio Zulia. Y La construcción de la Planta de Tratamiento de aguas servidas del Rio Pamplonita.
La culminación de la Conexión al sistema nacional de gas natural, el cual sigue en proceso de estructuración a través de Findeter.
La Granja solar “La Guaimarala”.
El embalse multipropósito del Cínera, que el mismo denominó: Bicentenario.
Y el Tren del Catatumbo, con conexión Cúcuta-Tibú–Convención–Gamarra.
Adenda. Soñar no cuesta nada. Lo que cuesta es empezar. Refranero popular.