La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
La Verdadera Reforma Política
Son muchas fallas, y él enumeraba solo las que afectaban el funcionamiento del sistema político.
Authored by
Miércoles, 9 de Enero de 2019

En febrero de 2004, el expresidente López Michelsen, que avizoraba la desinstitucionalización del Estado colombiano, propuso el inicio de un verdadero cambio para fortalecerlo empezando el camino de una formación cultural de la nueva  praxis política: Destituir el régimen presidencial.

Instaurar el régimen parlamentario, con las siguientes palabras: “Acabemos con el anticipo de la sucesión presidencial y adoptemos el régimen parlamentario para sustraernos al jueguito de asimilar la política y elecciones. 

Habrá la del presidente de la República y la del Parlamento, junto con gobernadores, alcaldes y diputados. Nadie podrá sentirse lesionado al adoptarse estas reglas de juego, comunes a los países europeos, en donde ya no hay reyes, ni reinas, sino primeros ministros, de origen parlamentario”. 

Y es que la presunción nuestra que la democracia colombiana es una de las más estables de América Latina es un sofisma y no debemos olvidar que ella sufre de grandes fallas, como decía el expresidente constitucionalista, tanto en la superficie como en lo más profundo de sus estructuras. Son muchas fallas, y él enumeraba solo las que afectaban el funcionamiento del sistema político.

El desvanecimiento de los partidos políticos y su remplazo por infinidad de movimientos personalistas que carecen de visiones políticas de largo plazo y amplio alcance. Otra de las fallas estructurales que podría ser la más seria y preocupante, es el lamentable deterioro del Congreso de la República, máximo símbolo y representación de las democracias liberales.  Congreso que en este momento se ha convertido en una corporación sin credibilidad y cuestionada en su autoridad política y moral.

Ha pasado 15 años y las razones siguen vigentes para el cambio de régimen. El Constitucionalista entonces agregaba: “El congreso Colombiano es hoy por hoy, el objeto de muchos sentimientos populares de odio y de rechazo. Algunos llegan a caracterizarlo como el símbolo de la corrupción y como moderador pagado. Y advertía: No existe ningún democrático que pueda convivir mucho tiempo con una situación como esta”.

Ha habido intentos cosméticos que los sectores progresistas de nuestro país por promover reformas, desafortunadamente han sido eso: Cosméticas. 

Han sido reformas débiles que solo han logrado el raquitismo de la carta constitucional, debilitada, manoseada, sustituida impunemente y se quedó sin guardiana de la misma.  Y tales males solo pueden eliminados con una reforma radical de nuestras instituciones.

La Constitución de 1991, decía el ex presidente López Michelsen, fueaprobada con la ingenua creencia que traería la ansiada reforma del congreso y de la política. Nada más incierto dada su superficialidad. La sola inoperatividad y el desprestigio del congreso y los partidos han crecido exponencialmente en los últimos años. Además, el régimen Presidencial Colombiano, contiene en sí mismo todos los incentivos y mecanismos para lograr que la democracia se corrompa de manera progresiva.

Adenda: El Estatuto Tributario del Municipio debe revisarse “con despacio”,como dicen los paisas. Existen entidades que sin ser personas naturales o jurídicas, o reciben o recaudan sumas inmensas y quedaron por fuera. Debe revisarse el cobro coactivo, pues sigue igual que en los tiempos de Donna, que alguna vez propuso recaudar más de $57.000 millones por esa vía, y dos o tres grandes contribuyentes se escaparon con algo más de las dos terceras partes. Casi que hay que indemnizarlos, por defectuosos procedimientos, prescripción y otras hierbas. El jefe Cobro coactivo debe ser un abogado. Ahí están los archivos.

Temas del Día