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La fuerza de la carga
¿Y los ferrocarriles para cuándo? Algo se dijo en esta oportunidad, esa es una buena forma para movilizar la carga a lo largo y ancho del país.
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Domingo, 8 de Septiembre de 2024

Una vez terminado el paro de los transportadores vienen los balances de cuanto pasó en estos días que se detuvo la carga en los puestos donde se montaron las barreras para impedir su tránsito normal.

Lo primero que quedó demostrado de manera contundente es que esta actividad es vital para el desarrollo normal del país que requiere que los alimentos, el combustible, las materias primas y las personas se desplacen en todos los sentidos para llegar a su destino, de otra manera se advierte desabastecimiento lo cual presiona los precios de los artículos y se producen inconvenientes de todo tipo.

 De tal forma que, una vez frenado el transporte se convierte en una fuerza grande que obliga a encontrar soluciones prontas. En general el paro se hizo en forma pacífica y se respetaron los corredores humanitarios, salvo algún caso aislado, para permitir el paso de ambulancias y medicamentos esenciales.

Se alega que el taponamiento de las vías es ilegal y constituye una medida de fuerza que perjudica a la ciudadanía en general y debería ser tenido en cuenta este aspecto, porque la reclamación es un procedimiento lícito hasta tanto no cause daño a los demás.

 La protesta de los transportadores evidenció que las ofertas hechas en la campaña electoral eran sólo promesas que el gobierno incumplió porque los peajes subieron sus valores y también los combustibles, tampoco han mejorado mucho las condiciones de trabajo para los camioneros.

Al presidente y sus mentores les refrescaron sus mensajes pidiendo la movilización popular contra el alza de los precios de la gasolina cuando estaban en la oposición. Tal como el de Gustavo Bolívar que decía “Pueblo callado, pueblo clavado”

 El acuerdo entre el gobierno y los transportadores se logró con la participación de todos los sectores comprometidos en la protesta y se demostró que no eran los grandes empresarios los promotores, sino los dueños de los vehículos, los del pueblo, contra los que no hubo necesidad de enfrentar al resto del pueblo como lo alcanzó a predicar el presidente Gustavo Petro.

El aumento de $400 por galón de ACPM ahora y una suma similar en 3 meses fue el punto fundamental del acuerdo logrado. El año entrante de nuevo se discutirá sobre futuros incrementos en los precios de este combustible.

Si la discusión se hubiera dado antes de producir la resolución que cambiaba el precio y lo subía en un 19% pero proyectaba alzas alrededor de 60% en un plazo de un año, se hubiera evitado el paro y no habríamos pasado por los inconvenientes que generó.

En estos días de paro se notó nuevamente la forma de intervenir el presidente y siguió en su empeño de estar lanzando dardos a los opositores. Cuando se presentó por parte de sus ministros una solución al impase escribió en X “La propuesta hecha por el gobierno busca como nunca la protección completa del pequeño camionero y volquetero” De todas formas el beneficio de no elevar significativamente el precio del diésel es tanto para los que tienen un pequeño camión como para las camionetas lujosas.

En Bogotá se hizo uso de la fuerza especial de la policía nacional y aparecieron los gases lacrimógenos para despejar las vías, cuando se le reclamó que había dicho que no haría uso de ella, ripostó así “Con todo el respeto, aquí no hay un solo muerto por el gobierno, ni jóvenes que pierden sus ojos” Pero, los camioneros no habían tenido el mismo proceder violento como los actuantes en otra época.

 ¿Y los ferrocarriles para cuándo? Algo se dijo en esta oportunidad, esa es una buena forma para movilizar la carga a lo largo y ancho del país.

jopabonl@gmail.com


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