Como resultado de la consulta liberal del pasado domingo 19 de noviembre, Humberto De la Calle fue elegido candidato oficial del partido liberal, para las elecciones presidenciales del 2018. Si consultamos lo dicho por El Tiempo y el Espectador, lo mismo que por los demás medios de comunicación, incluidos la radio y la televisión, las autoridades electorales, con suficiente antelación, habían fijado el domingo 19 de noviembre, para que, también, el Centro Democrático y el partido Conservador, hicieran lo mismo, lo cual oficialmente quedo establecido en resolución expedida por el Registrador, en la que, para tal fecha , quedo reglamentada la realización de las respectivas consultas.
Si bien es cierto que el Partido Liberal fue el único que realizó la consulta, los conservadores y el Centro Democrático, también, manifestaron su deseo de realizarla, lo cual a última hora no lo hicieron. Lo anterior, para demostrar que la decisión para llevarla a cabo, no fue exclusiva del liberalismo, sino la consecuencia de una inquietud pluralista, que fue acatada por el registrador, expidiendo fecha y resolución para la misma.
Si bien se critica el hecho de no haberse utilizado otra metodología menos costosa, para que Cristo y De la Calle se hubieran puesto de acuerdo para definir la fórmula de escogencia del candidato , también debería tenerse en cuenta que el incumplimiento del Centro Democrático y el Conservatismo, llevo a que los gastos de logística que se requieren para tales elecciones, recayeran exclusivamente en el liberalismo, lo que no hubiere sucedido si los otros partidos no dejan metida a la Registraduria, en el compromiso que tanto habían publicitado , de, también, hacer sus respectivas consultas el pasado domingo.
La exigencia del Liberalismo de respetar los principios inalienables de su partido y , también , respaldar plenamente la implementación de los acuerdos de paz y el compromiso de no incluir la religión en la campaña, debiendo si comprometerse en apoyar irrestrictamente los fallos de la Corte Constitucional, a favor de los derechos de la comunidad LGBTI, fueron requisitos obligatorios para participar como potenciales candidatos a la consulta .
Tales requisitos fueron rechazados por las precandidatas Vivian Morales y Sofia Gaviría, reconocidas enemigas del proceso de paz, quienes salieron a decir que habían sido discriminadas arbitrariamente por sus ideas y no estaban dispuestas a traicionar su conciencia, por lo que renunciaban a participar de la consulta. ¡Tamaña desfachatez y tamaño atrevimiento!
Si bien es cierto que en el liberalismo aún existen oscuros y retrógrados personajes, ello no significa que el partido tenga la obligación de avalarlos como candidatos, cuando no hacen otra cosa que enarbolar las mismas banderas de Álvaro Uribe y Alejandro Ordoñez, máximos representantes de la ultraderecha y la caverna
Lamentable la columna que publico Juan Manuel Galán, el pasado domingo, día de la consulta. Se fue lanza en ristre contra César Gaviría, actual director del partido y contra los dos candidatos. Dio a entender que se siente dueño del liberalismo, por haber sido hijo de Luis Carlos Galán. Actitudes como la suya llevan a pensar que alguna razón tienen quienes afirman que la figura del caudillo, después de muerto, ha sido el cadáver mejor administrado políticamente, en Colombia.
En cuanto a Humberto De la Calle, ganador de la consulta , debemos decir que es un extraordinario hombre de Estado. La manera como entrego más de cinco años de su vida al propósito de consolidar la paz con la guerrilla de la FARC , es más que suficiente para ser elegido el próximo Presidente de Colombia. Nadie como él está en condiciones de adquirir este compromiso y, además, de poder administrarlo exitosamente.