Se produjo esta semana que termina el ‘lanzamiento’ de la campaña presidencial de Alejandro Gaviria, previa su renuncia a la Rectoría de la Universidad de los Andes y no hay duda que se trata de un hecho político de relevancia, que va a afectar el escenario electoral en la perspectiva de las elecciones presidenciales.
Alejandro Gaviria, ingeniero y economista, si bien procede de una familia liberal antioqueña –su padre, Juan Felipe Gaviria, fue un importante empresario y dirigente antioqueño, alcalde de Medellín y ministro de Obras Públicas del gobierno de Cesar Gaviria, pero no participó activamente en la política electoral partidista-, lo cual le permite establecer una importante relación con sectores del empresariado y la sociedad antioqueña. Si bien esta será su primera participación electoral –tiene más un perfil de tecnócrata y académico-, es claro que tiene una imagen positiva en muchos sectores de la opinión –sin que le falten sus adversarios y detractores- y era un ‘secreto a voces’ que pondría su nombre a consideración de los colombianos en la campaña presidencial del 2022.
Algunos especulaban que el expresidente Cesar Gaviria aspiraba a que fuera el candidato presidencial del Partido Liberal, pero igualmente lo habían estado tentando otras fuerzas políticas tanto del centro, como de la izquierda. Sin embargo, Alejandro Gaviria va a recorrer el camino de la recolección de firmas, basado en un voluntariado de simpatizantes especialmente jóvenes, probablemente para tener una mayor libertad, no cargar de entrada con los referentes negativos que puedan tener muchos partidos políticos, pero dejando abierta la posibilidad del respaldo de diversas fuerzas políticas.
Un punto importante que coloca el candidato Alejandro Gaviria, una verdadera ‘pica en Flandes’, es el documento de sesenta puntos, que aclaró es ‘un ideario personal que define mi forma de concebir la libertad, el cambio social, la política y el papel del Estado’ y agregó no es rígido ni inmodificable, sino abierto a posibles cambios y corresponde al momento político que se está viviendo en el país y en el mundo. No hay duda que es claro allí un clásico pensamiento liberal que reivindica la importancia del dialogo, y la ética de la verdad como centrales, rechaza la calumnia, resalta el respeto por el otro como diferente; igualmente lo importante del cambio social y cómo éste normalmente es incremental, la importancia de construir sobre lo construido, así como la defensa de la libertad de pensamiento y de expresión, así como de disentir; la descriminalización de las drogas y lo central de la seguridad ciudadana como reto para los próximos años; la centralidad de la crisis ambiental y como ésta es el principal desafío, junto con avanzar en los Objetivos del Desarrollo Sostenible y el importante papel redistributivo del Estado, con un sistema tributario más progresivo, que con un programa nacional garantice un ingreso mínimo a las familias pobres; la igualdad de género como un atributo indispensable para una sociedad justa; las políticas para los jóvenes como eje central y el desarrollo rural como clave para superar definitivamente el conflicto armado, para lo cual implementar integralmente el Acuerdo de Paz y recuperar la seguridad territorial son ejes fundamentales.
Esperamos las propuestas de los demás candidatos.
No hay duda que gana en cualificación la campaña electoral con la entrada de Alejandro Gaviria –sus competidores del centro político tendrán un buen contendor- y el candidato de izquierda Gustavo Petro y el de derecha, Oscar Iván Zuluaga, tendrán en Gaviria un rival de altos kilates. Con ello los grandes ganadores serán los electores colombianos, que tendremos más opciones políticas y de calidad para escoger al Presidente del próximo cuatrienio.