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La Alegalidad =¿Todos empujamos?
Entonces es preciso tolerar, manejar con astucia e inteligencia, la práctica de aquello que funciona sin haber sido reglamentado.
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Miércoles, 17 de Octubre de 2018

Los diccionarios dicen que, Alegalidad, es aquello que funciona sin haber sido reglamentado ni prohibido.  A los primíparos de Derecho y de Administración Pública, les enseñamos  que, las organizaciones públicas emergen de distintos espacios sociales. Sí, la sociedad moderna contiene todo: La sociedad civil con sus componentes de lo público y lo privado, Lo legal, lo ilegal y lo alegal. ¡Ah,  El Mercado, que también los contiene a todos, incluida la exclusión!

Les advertimos que hoy todo se organiza. Incluida la  ilegalidad y les damos como ejemplo el crimen organizado de los años 20 y 30 que manejaron en USA la prohibición del alcohol, la prostitución, los asaltos bancarios, las apuestas, los casinos. Dieron origen a los “Speakeasy”, a los gánsteres, a la “Cosa Nostra” de la mafia italiana, muy organizada, que llegó hasta “la omertá” y que hoy luego de 90 años copian las mafias de  todo el mundo, los cárteles del crimen, defendiendo sus intereses de la persecución del Estado. Inverosímil, pero hasta en la justicia nuestra, apareció el crimen organizado con “omertá”,  toga y birrete.

Pero les advertimos a los  “primíparos”,  que la sociedad moderna, sí, contiene todos los espacios. Incluidos aquellos en los que el Estado es Incapaz de cubrir y que eufemísticamente llamamos: “no Presencia del Estado”. O que estando presente es casi impotente para asistir a las comunidades. Entonces es preciso tolerar, manejar con astucia e inteligencia, la práctica de aquello que funciona sin haber sido reglamentado, ni prohibido: La Alegalidad.

En clase, uno pedía ejemplos de “Alegalidad” a los muchachos y en coro respondían: “Los pimpineros”. 

Lo grave es que en la Alegalidad todos tenemos la razón. Los desempleados que tiene que sobrevivir buscándose la vida en el espacio público no reglamentado, pero tampoco prohibido. Que tenemos que tolerar mediante consensos múltiples para bajar la violencia de la subsistencia. Tenemos la razón los peatones, que nos invaden las aceras, los parques, y las áreas de descanso y circulación, pues los vendedores nos empujan a empellones  a la calle. Y los peatones no tenemos otra opción que empujar al Señor Alcalde.

Tanta escandola por los empujones justos que solicita la abogada Claudia Roa, cuando la soluciones las debemos dar todos; empujándonos sin cosquilleos y  sin violencia. Yo desde esta esquina sugiero, que empujemos cordialmente a los vendedores a las cuatro cuadras de la Avenida 6ª  que van de la calle sexta hasta la calle 10 volviéndolas peatonales. Cuadriculándolas bien, cabrían 2.000 cómodamente  ¿o no?

“Vendedores sin mercado, pues no son vendedores”. Y allá, esta su mercado, vamos todos y de todos los estratos.  Nos empujamos con cordialidad y gastamos los $20.000 o $40.000 que nos sobran, luego de comprar contrabando y chucherías en “Alejandría,“Las Palmeras”,  “La Isla del Conde “e intermedias, mientras aprueban la Ley de Andrés. O las zonas especiales, o nos decretan la 6ª emergencia económica y social.

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