"El primer muerto en una guerra es la verdad", frase atribuida a Esquilo, en estos tiempos de "verdad subjetiva", es más cierta que nunca.
¿Cuántos muertos civiles ha habido desde la ofensiva israelí a la franja de Gaza desde 2023? Si Usted es petrista acepta con verdadera fe los datos que da Hamas, si es de izquierda "decente", que no hay mucho, acepta los datos de unas Naciones Unidas sesgadas anti-Israel, pero la cifra verdadera solo se sabrá algún día futuro, lo que no importará a los poseedores de la posverdad. Lo importante para ellos es que esas cifras permiten validar el famoso "genocidio", haciéndonos recordar al nazi Goebbels cuando después del bombardeo a Dresde en Alemania en la Segunda Guerra Mundial que produjo 25 mil víctimas dijo no 25 mil sino 250 mil para condenar a los aliados e increíblemente hoy después de tres cuartos de siglo se sigue repitiendo el dato goebbeliano. El nazismo sigue vivo en la izquierda mundial y en la flotilla a Gaza. Después de todos Goebbels llegó al partido nazi desde el partido socialista alemán; los extremistas solo buscan justificaciones para su actuar.
La famosa "flotilla humanitaria" que salió de España hacia Gaza para llevar medicinas y medicamentos a los sobrevivientes del "genocidio" palestino, encabezada por la insoportable mamerta de Greta Thunberg, resultó que no llevaba comida ni siquiera para ellos y medicinas a duras penas las que tomaban los aventureros izquierdistas, pero si muchos celulares que fueron botados al mar para evitar saber quien dirigía ese show izquierdista. La tecnología israelí de pronto podrá sacar del agua uno de estos teléfonos y sabremos quien dirige esos idiotas útiles.
Tanto los estados árabes, excepto Irán, el gran patrocinador del terrorismo islámico, como los países occidentales entienden que Gaza solo puede vivir y progresar si se elimina de la región el terrorismo fundamentalista islámico representado principalmente por Hamas y la Hermandad Musulmana, algo que no defiende la izquierda mundial y financiadores de extremistas como George Soros y su hijo, viejos antisemitas. Esos grupos extendieron sus tentáculos hasta el Cartel de los Soles y las narcoguerrillas colombianas protegidas por la dictadura venezolana y el adicto de Gustavo Petro y por eso hoy la Primera Línea está intentando un "segundo estallido social", justificado en el genocidio palestino, que ante la increíble pasividad de las fuerzas de seguridad y algunos mandatarios locales, quiere mantener en el poder a la extrema izquierda.
Y finalmente, quienes piden la solución de dos estados en la vieja provincia romana de Palestina, son absurdos, pues aceptar dos estados implica reconocer al estado de Israel, algo impensable para el extremismo árabe y musulman sino también para la izquierda mundial, hoy de lleno comprometida con el antisemitismo.
Free Palestine, mamertos, debería ser liberar a los árabes que viven en la antigua Palestina del pensamiento extremista radical que hoy los carcome y empezar a disfrutar de verdadera paz y desarrollo del que nunca han disfrutado, pues el mundo árabe decidió atacar a Israel, poniendo como trompo de los quines la "causa palestina", para eliminar a Israel a costa de los árabes afincados en la vieja provincia romana. Y lograron dar el mayor sufrimiento al mundo árabe palestino.
Si se le pregunta a un gazatí si quiere un estado palestino o vivir bien y en paz, lo más seguro es que elija lo segundo una vez supere el condicionamiento mental de muchas décadas. Los palestinos quieren surgir, no morir con consignas mamertas, como lo han hecho desde mediados del siglo XX. Pero seguiremos en la posverdad mamerta por un buen tiempo, hasta que la realidad de una Palestina bien gobernada calle a tanto mamerto en prensa, academia y burocracia.
Aspiro a que alguna vez los árabes de la antigua provincia romana de Palestina dejen de ser la excusa de todo extremismo, como hoy lo es de la izquierda mundial, con apoyo financiero de antisemitas de vieja data.
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