Pues la pedagogía universitaria de las escuelas de Derecho, comienza en el aula. La afición se inicia con la rimbombante designación de los auxiliares de cátedra. Entonces uno empieza a hacer pinitos, al decir nuestro, a partir del sexto semestre en casi todas las facultades.
Entre los diseños curriculares de las IES, los de los programas de Derecho y Medicina, son quizás los más intervenidos por el Estado. Aquí en 1997 se dio como la última reforma dentro del inercial positivismo que adoptamos en el siglo pasado como educación jurídica tradicional, copiado de Europa y generalizado en Latinoamérica.
Además, cada Presidente y Ministro que pasa le agrega al menos una coma, y con el Decreto 2566 y la Resolución 2768 de 2003 cuadricularon el plan de estudios así:
- “Artículo 2. Aspectos curriculares. - De acuerdo con su enfoque, el programa de pregrado en Derecho será coherente con la fundamentación teórica y metodológica del derecho. Y comprenderá:
b) Un área Humanística, que incluirá componentes que complementen la formación integral del jurista tales como la filosofía del derecho, la sociología jurídica, la historia del derecho y la historia de las ideas políticas. Por razones de Pertinencia, Unilibre utilizó el parágrafo de este artículo y surgió en el plan La Ciencia Política.
Parágrafo. - Cada institución organizará dentro de su currículo estas áreas y sus componentes, así como otras que considere pertinentes, en correspondencia con su misión y proyecto institucional.
Antes, todo lo reducimos a aprender conceptos generales y abstractos memorizables, trasmitir textos de principios y de códigos y normas vigentes. Hoy va lo anterior, pero agregamos el manejo con propiedad a la correlación lógica de ellos con la casuística: nacional, regional o local, que es como lo más importante y que llamamos la Pertinencia.
Hago estas referencias, pues fui Jefe de Área de Derecho Público por 20 años en Unilibre –Cúcuta y titular de la asignatura Ciencia Política, discrepando respetuosamente de un colega y columnista vecino, que se preguntó ¿Y Qué Estudiar?, sugiriendo la eliminación de la misma de nuestro plan con el argumento que EAFIT y la Bolivariana de Medellín lo habían hecho.
Ya en 2004 Giovanni Sartori dijo que la Ciencia Política era una ciencia afín pero distinta de la politología. Pese, que al estudiar El Poder adoptó un modelo de ciencia impropio: duro, inflexible, invariable, casi matemático, cuando per se, es una ciencia blanda por lo social, humanístico y económico.
La Politología muy blanda, al fin y al cabo, se queda en eso: El estudio solamente de la teoría política. Así que hay que estudiar de todo.
Otro asunto que no comparto: eliminar la enseñanza del Derecho Romano en las escuelas de Derecho. Es tanto como eliminar el estudio de la anatomía en el plan de estudios del programa de medicina. Pobres Paisas y sus universidades más costosas EAFIT y su Bolivariana.
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