Liderazgo, es liderazgo. Circunstancias, son circunstancias. La tendencia unitaria centralista de la Segunda República o de la Nueva Granada de 1832 se mantuvo hasta 1853. De aquí en adelante se desmontó el tipo de las tradiciones corporativas y barrocas de los siglos de dominio español y el Estado Central. Las provincias volvieron a la idea republicana de 1810 con nuevas normas progresistas como el Estado secular, la tasación directa y hasta el divorcio.
Esa fue la circunstancia en la cual, la provincia de Santander con capital Pamplona, origina el Estado Soberano de Santander en 1857. Uno imagina el liderazgo de Braulio Evaristo Cáceres Representante de Pamplona, para imponer su ciudad como capital provincial sobre: Socorro, San Gil, Ocaña, Vélez, García Rovira, Girón, Guanentá y Cúcuta. Ah, y las circunstancias históricas que antecedían la vida republicana, como la Constitución de Pamplona que pesaba desde los movimientos de 1815. Sí, liderazgo y circunstancias impusieron a Pamplona capital.
En 1862 el liderazgo y las circunstancias pesaron más en la balanza política y en favor de la Ciudad de Socorro, y la Capital fue trasladada allí. Bucaramanga luchó e hizo méritos y en 1886, con la nueva Constitución volvió a ser capital.
Es inverosímil, pero en la vida republicana Cúcuta tuvo más trascendencia desde la Constitución de 1821 hasta la disolución en 1830. Porque fue esta ciudad referente de tres Estados, de tres sueños y tres frustraciones.
Ese renombre derivado de la Constitución de la Gran Colombia (1821), que hizo trascender a Cúcuta en los confines suramericanos, fue el que llevó a que la gran reforma territorial de1910, denominara esta porción del Gran Santander; Departamento de Cúcuta.
Y entonces, con tal nombre, comenzamos a sentir arraigo por estas breñas, por estos riscos, por estos valles y selvas, por estas líneas arcifinias comunes, “Colombo venezolanas” que unen, jamás las “venecas” que nos desunen.
Pero vino la Ley 25 de 14 de Julio 1910y nos cambió el nombre, con una “capitis Deminutio” aparentemente mínima, pero que a la larga fue máxima con el apelativo de Norte de Santander y nos institucionalizó como “apéndice del gran Santander. Hoy 108 años después, los medios de comunicación y las entidades del nivel central nos vocean: “¡Cúcuta- Santander!”.
El camino para volver a ser “Departamento de Cúcuta” es muy sencillo desde el punto de vista Constitucional y más ahora con el “Fast-food”. Intentémoslo, para tener identidad y arraigo, para no ser apéndices de Santander.
Adenda:Es que en Gramalote, en Lourdes y en Arboledas,decimos, que el pez grande se come al pequeño.Por ahora, nos están devolviendo en buses y camiones los refugiados, migrantes o retornados venezolanos. Esta será la enésima alianza.