Fueron las primeras palabras de la paciente cuando entró al consultorio, su mirada reflejaba el cansancio producto de varias semanas sin conciliar el sueño, y tenía grandes ojeras con una cara que denotaba agotamiento y frustración. Sin embargo, lo que más le afectaba era su estado de ánimo, que había cambiado, ya no era la mujer risueña y alegre de siempre, ahora se molestaba por cualquier cosa y no tenía motivación para disfrutar de las actividades que antes le divertían.
No se preocupe –le dije- siéntese, cuénteme con detalle desde cuándo está así y qué le ha pasado. Empezó por decirme que todo esto del coronavirus la estaba volviendo loca, - mire Doctor – en un principio pensaba que me iba a morir y se me quitó el sueño, pero luego de algunas semanas me di cuenta que tenía que llevar las cosas con calma y que me estaba enfermando, ya se me estaba subiendo la tensión. Muy bien – le comenté -, parece que Ud. misma encontró la forma de manejar sus pensamientos y recuperar la tranquilidad. - Sí Doctor, sin embargo, ahora que me siento mejor y no me angustio, sigo sin poder dormir, ¿por qué? -
La respuesta es relativamente sencilla. El insomnio es una queja que atormenta, no hay duda. La situación que estamos viviendo le ha quitado el sueño a muchos en el mundo y Cúcuta no es la excepción.
En un principio una preocupación real la hizo sentir mortificada, lo que trajo consigo una serie de pensamientos NO reales, pero posibles (¿y si me contagio?, ¿y si me muero?, ¿qué será de mis hijos?, etc.), esto la hacía desvelar, o bien al principio de la noche o cuando se despertaba a las 3 de la mañana, este insomnio se conoce como “agudo” o “de corta duración” y tiene un margen temporal de 3 meses, si después de este tiempo continúa, se hace “crónico”. El insomnio agudo debería mejorar por sí solo, porque más o menos en un mes, lo que le quitaba el sueño a la persona ya se ha ido, o ésta se ha acostumbrado. Pero muchas veces es necesario un tratamiento, “una pastilla” para dormir. El objetivo principal es evitar que el insomnio agudo se vuelva crónico, porque este último es más difícil de tratar. Ahora cuando está llegando la noche siente miedo de no poder dormir y ha tomado todos los remedios caseros sin obtener una mejoría definitiva.
Primero debe acudir donde un médico con entrenamiento en medicina del sueño y entre los dos decidirán cuál es la mejor “pastilla” para su caso en particular, o si no es necesaria. También debe tener paciencia, si tardó 3 meses en llegar aquí, no se le va a quitar en una noche, hay que volver a aprender a dormir.
El insomnio es como un ente maligno que nos atrapa y va cambiando nuestros pensamientos (“nunca me voy a curar”, “me voy a hacer adicto al medicamento”, “quiero dormir de forma natural”). Todo esto hay que modificarlo, no se trata de tomar una píldora mágica y ya, estos remedios milagrosos no existen. Con ayuda del especialista en sueño aprenderá a relajarse, a ser Ud. misma de nuevo, a tener confianza y perder el miedo a la noche; pero debe esforzarse, cumplir con las indicaciones de higiene del sueño, y al final todo saldrá bien. No se mortifique si una noche no puede dormir, es natural en estos tiempos, pero si el problema continúa, busque ayuda, recuerde evitar la cronicidad, después de todo, dormir es un placer, no una obligación.