Un operativo desarrollado por Migración Colombia en articulación con el Gaula Militar del Ejército permitió el rescate de 17 menores de edad pertenecientes a la comunidad religiosa judía ortodoxa Lev Tahor tras una intervención realizada en un establecimiento hotelero del municipio de Yarumal en Antioquia donde se verificó el estatus de 26 personas y se confirmó que cinco de los niños tenían vigente una circular amarilla de Interpol por desaparición.
Las indagaciones preliminares establecieron que este grupo de siete familias ingresó al territorio nacional entre el 22 y el 23 de octubre pasados en un vuelo procedente de la ciudad de Nueva York en Estados Unidos. Las autoridades colombianas actuaron motivadas por reportes y alertas emitidas por agencias homólogas internacionales que advirtieron sobre la presencia de los miembros de esta secta en el país, sobre quienes recaen señalamientos por presuntos delitos cometidos contra menores de edad tanto en Guatemala como en Estados Unidos.
La preocupación de los organismos de inteligencia se fundamentó en los antecedentes judiciales que poseen algunos líderes de esta congregación, quienes enfrentaron condenas por secuestro y explotación sexual infantil en el exterior. La información recopilada sugirió que el grupo tenía la intención de establecer una nueva colonia en suelo colombiano, lo que encendió las alarmas ante el riesgo de que continuaran con las prácticas delictivas que se les atribuyeron en otras naciones y que motivaron la emisión de las circulares amarillas, herramientas utilizadas mundialmente para localizar a víctimas de rapto o trata de personas.
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El procedimiento contó desde el primer momento con el acompañamiento del Gaula Militar del Oriente Antioqueño y del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar para asegurar los derechos de los niños, niñas y adolescentes, quienes poseen nacionalidades estadounidense, guatemalteca y canadiense. Una vez identificados en el hotel de Yarumal, el grupo fue trasladado hacia el Centro Facilitador de Servicios Migratorios de Medellín.
En estas instalaciones pernoctaron bajo la vigilancia y cuidado permanente de defensores de familia y equipos interdisciplinarios compuestos por psicólogos y trabajadores sociales. El objetivo de este traslado fue brindarles un entorno seguro mientras se define su situación, garantizando un acompañamiento integral que permita evaluar su estado físico y emocional lejos del entorno que representaba un riesgo potencial para su integridad.
Las valoraciones iniciales arrojaron que los menores se encuentran en buen estado de salud general. Sin embargo, las autoridades competentes iniciaron la evaluación de la ruta de protección que se debe seguir y estudian las medidas migratorias que se aplicarán en este caso específico. Migración Colombia trabaja de la mano con la Fiscalía General de la Nación para esclarecer plenamente lo sucedido, verificar que ninguno de los niños fuera víctima de abuso sexual y descartar cualquier indicio relacionado con el delito de trata de personas.
Frente a estos hechos, la directora general de Migración Colombia, Gloria Esperanza Arriero, destacó la importancia de la articulación entre las diferentes instituciones del Estado para lograr este resultado. La funcionaria explicó que la entidad actuó con un enfoque preventivo y coordinado para evitar cualquier vulneración. Arriero enfatizó que "la prioridad absoluta es garantizar la protección de los menores de edad. Por eso actuamos desde un enfoque preventivo, de manera coordinada con el ICBF, la Policía Judicial, el Gaula Militar y la Fiscalía, asegurando un acompañamiento integral que salvaguarde sus derechos y bienestar".
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