El campesino y su familia dejaron la finca y, en ella, los cerdos, las gallinas y los cultivos. Fue el pasado 22 de julio cuando los líderes de la vereda les informaron que las disidencias de las Farc ordenaron evacuar la zona rural.
Entonces, 200 personas más los acompañaron en un doloroso trayecto hacia el casco urbano de Ituango (norte de Antioquia), a donde llegaron con lo poco que pudieron empacar y con el afán de proteger sus vidas. Al bajar de la chiva colorida un panorama gris se abrió ante ellos: tal como les había llegado el rumor, el pueblo se estaba llenando de otras víctimas de desplazamiento que, hasta el 25 de julio, seguían arribando.
Cuatro días después, hay más de 3.000 personas desplazadas en Ituango, según afirmó el alcalde Edwin Mauricio Mira. Todos reciben atención humanitaria en albergues, en medio de una crisis que se agudiza ante la incomunicación causada por los daños en la vía principal, debido a movimientos en masa generados por las lluvias de hace también cuatro días, que dejaron otras 243 familias afectadas.
Esto ha dificultado el ingreso de alimentos, kits de aseo, colchonetas y otros elementos de primera necesidad, y la llegada de entidades como la Defensoría del Pueblo, pues solo ha sido posible acceder por aire.
Abastecimiento, en riesgo
El Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Antioquia (Dagran) envió tres toneladas de ayuda humanitaria para los afectados por las lluvias y la Gobernación de Antioquia dispuso otras más para los desplazados, pero entrar no ha sido sencillo. El Ejército Nacional y la Fuerza Aérea trasladan las ayudas desde el pasado sábado.
Asimismo, la Secretaría de Infraestructura de Antioquia y EPM trabajan con maquinaria y talento humano para remover el material de la vía principal, pero podrían tardar mínimo 20 días en habilitar el paso. El gobernador (e), Luis Fernando Suárez, indicó que, de no tener una vía de acceso, el próximo 6 de agosto habría desabastecimiento total de alimentos en Ituango, donde ya hay escasez de gas natural y gasolina.
Las autoridades tratan de poner a funcionar una vía alterna que, aunque extiende el tiempo de llegada al municipio, es la única forma de ingreso terrestre. Para usarla, el Ejército debe garantizar el acompañamiento, pues en esa zona se viven problemas de conflicto que causaron los desplazamientos, dijo Suárez.
Otro de los campesinos desplazados contó que en los albergues se vive una difícil situación por la aglomeración de personas: “Aquí donde yo estoy nos quedamos habitantes de tres veredas, nos preocupa el desabastecimiento que se empieza a vivir en todo el municipio y que aquí no tenemos la vida a la que estamos acostumbrados; lo que más deseamos es regresar a nuestras fincas y poder, tan siquiera, madrugar como campesinos que somos a tomarnos un tinto o un chocolate caliente antes de salir a trabajar el campo”.
Por el momento, la Fuerza Pública mantiene operaciones en la zona para fortalecer su presencia en las veredas y garantizar las condiciones de seguridad que permitan el retorno voluntario de las familias. También están tras la pista de alias ‘Camilo’, cabecilla financiero de las disidencias del Frente 18 de las Farc, grupo armado ilegal señalado de las amenazas que causaron el desplazamiento.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion