A este colombiano es común encontrarlo en artículos de análisis sobre los aconteceres de la política nacional, o verlo en programas de televisión o escucharlo en radio en espacios de opinión exponiendo sus puntos de vista.
Sin embargo, el nuevo años 2023 lo tomó por otros rumbos en donde está haciendo lo que más le gusta hacer. Está en Kiev, Ucrania, el epicentro de la guerra que se vive desde hace casi un año por cuenta de la invasión de Rusia.
Es John Mario González, el analista, académico y columnista de varios periódicos como El Tiempo, quien desde el 2 de enero llegó a la capital de Ucrania, después de un largo recorrido de casi 72 horas. En diálogo con Colprensa cuenta cómo viven hoy los ucranianos, la forma en que está el país, los riesgos del día a día.
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En su periplo por la guerra, González ha podido hablar con varios funcionarios ucranianos, como el Representante Especial para América Latina y el Caribe del Ministerio de Exteriores de Ucrania, Ruslán Spirin.
- ¿Por qué quiso ir a conocer de primera mano lo que está pasando en esta guerra?
La razón fundamental es porque veo una indiferencia de los gobiernos de América Latina, principalmente hacia la tragedia, y lo que aquí está en juego que es la estabilidad europea, la mundial, la democracia. Con Putin puede fácilmente repetirse, o es como si estuviésemos reescribiendo la historia de Hitler, cuando comenzó con las anexiones territoriales en 1938 y 1939 y ya fue imposible pararlo, y se dio la Segunda Guerra Mundial. Entonces en América Latina lo que veo es una indiferencia de los gobiernos que salomónicas, muy cómodas, de condena diplomática a Rusia en general, pero sin materializar dichas condenas con acciones, ni siquiera con apoyo diplomático al apoyo militar que hace Estados Unidos, entonces quise venir a hacer esos análisis y a tratar de que la prensa de varios países latinos lo publiquen.
- ¿Por qué cree que se da ese desinterés de los países latinoamericanos?
Hay unas solidaridades heredadas del Partido Comunista de las épocas del régimen soviético, del apoyo a las guerrillas, de algunos sectores de izquierda que promulgan un antiimperialismo que digamos estadounidense, y cualquier cosa que apoye a Estados Unidos pues ellos lo rechazan y por ende contemporiza o apoyan a Putin.
Lo segundo es que la guerra es muy distante para América Latina, entonces no se entiende a veces muy bien qué es lo que está en juego en Ucrania. Pero digamos, hay países que quisieran apoyar más a Estados Unidos y a Ucrania pero que tienen un interés comercial con Rusia muy alto. Por ejemplo Ecuador, que tiene una balanza comercial muy positiva, o lo mismo Paraguay o Chile o incluso el caso de Argentina, exportan mucho más de lo que importan de Rusia, y hay otros países que uno no comprende su posición, que son México y Brasil, que son países que tienen una relación comercial con Rusia muy escasa, pero entonces uno pensaría que la postura que tienen es básicamente convivencia por razones ideológicas.
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- ¿Cómo ve entonces a Colombia?
Colombia está capturado en materia de política exterior por los intereses de Venezuela y Cuba, si Colombia adoptara una posición sensata y de apoyo a la democracia pudiera entrar en contradicción con Venezuela y Cuba que apoyan a Putin, ese es el primer problema. Pero esa incoherencia de no expresar un mayor apoyo a Ucrania, a la democracia, pues entra en contradicción con que Colombia es el primer socio Latinoamericano de la Otan pero no actúa en consecuencia, el preámbulo del Tratado de la Otan de 1949 señala su compromiso con la democracia y con la libertades.
Resulta que el gobierno colombiano y algunos sectores políticos le profesan un anti-imperialismo estadounidense, pero no les parece grave las invasiones, las agresiones y los crímenes que comete un dictador como Vladimir Putin. La posición del gobierno colombiano me parece a todas luces contraria, los principios de la democracia de la libertades, es muy curioso, un gobierno de dizque del 'Cambio', pero que contemporiza en últimas con un dictador como como Putin.
- ¿Hablemos ya de su presencia en Kiev, cómo fue llegar allá?
Hay varias vías, pero lo primero fue Bogotá-Madrid, después un vuelo Madrid-Varsovia (Polonia) y luego tomar un autobús hacia Kiev por 18 horas, un bus incómodo todos los viajeros ucranianos, el único extranjero que era yo, solo dos personas medio hablaban alguito de inglés, entonces realmente la comunicación es muy difícil, porque incluso en Polonia en una terminal de autobuses casi nadie hablaba inglés.
- ¿Al llegar a Ucrania ya se comienza a ver los efectos de la guerra, de la destrucción?
Pues mira, en el Oeste del país, es decir, la parte que está más cerca de Polonia, realmente la destrucción es mínima, porque nunca ha sido pro rusa y es en donde Putin tiene menos posibilidades, allí la destrucción no es mayúscula, no se nota, pero en las ciudades sí están casi que a oscuras, es muy extraño pasar por pueblos y ciudades casi que sin luz en la noche o en la madrugada, además en la carretera es difícil cruzarse con otro carro.
- ¿Cuál es el primer impacto para este colombiano que llega a vivir la guerra de primera mano?
Es llegar a una tierra muy extraña, donde es difícil encontrar alguien en principio que hablara inglés en la terminal de autobuses, aquí la gente no te habla inglés, entonces en un idioma que no comprendes absolutamente nada, pues no es fácil, adicional a que el ucraniano al ser en últimas eslavo, no es una persona muy, digamos, que sonría; entonces muchas veces la falta de sonrisa y la actitud incluso es a veces poco amistosa, pues lo llevan a uno tal vez a desestimularse.
Pero también se encuentra uno con algunas personas muy amables, que medio lo direccionan a uno y así llegué, por ejemplo al hostal donde me encuentro, acá hay muchos refugiados del Este del país que llegaron aquí, que no han tomado la decisión de irse de Ucrania por diferentes razones. Las primeras horas fueron de choque, fueron difíciles, pero con el paso de los días ya no ha sido tan difícil la adaptación.
- ¿Ha podido ver cómo está destruida de la ciudad?
No se ve tanto, sino más bien la tensión permanente, el estrés, edificios semivacíos, abandonados, los cortes permanentes de energía, las sirenas que a veces suenan por el riesgo de bombardeo, pero la Navidad y por el Año Nuevo Ortodoxo hay una aparente calma, pero en el fondo hay tensión porque en cualquier momento se reanuden los bombardeos en Kiev.
- ¿Cómo es vivir el día a día, la comida, el transporte?
Ucrania desde 2014 ha visto incrementar los precios, es decir ha habido inflación, pero en todo caso el costo de vida es mucho más bajo que en Bogotá, entonces digamos acá con el dinero de Colombia uno sobrevive bien. Eso sí, ir a los restaurantes es costoso, la mayoría de la gente almuerza en la casa, pero no hay ese hábito del 'corrientazo', uno aquí en materia de alimentación lo que hace es habituarse a la comida rápida, para que no resulte tan costoso.
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- ¿En el diálogo que ha logrado tener con la gente del común, con el ciudadano, qué han expresado de estos 11 meses de la guerra?
Lo primero, una tragedia sí, porque es ponerte en el dilema de refugiarte o irte del país o luchar y arriesgarse a morir. Esta mañana hablaba, por ejemplo, con un joven graduado en Artes, y me dice que antes de la guerra tenía contratos, hacía conciertos y vivía bien, pero que ahora no, y además no tiene nada. La guerra ha impactado mucho tanto el nivel de vida de la gente, la tranquilidad en general en cualquier parte del país, digamos la parte Oeste del país que no sintió la guerra del año 2014 y la invasión, pues desde 2022 sí. Los afecta tanto que nadie en Ucrania hoy día puede ser indiferente a la guerra y las oportunidades laborales se han disminuido mucho.
Kiev, que es una ciudad creo de 3 o 4 millones de habitantes y perdió un millón de habitantes, un millón más o menos ya se fueron, la gente intenta vivir con algo de normalidad, de compostura esforzada, pero realmente el clima de estrés es permanente.
- ¿La gente cómo percibe la figura del presidente Volodimir Zelenski?
La figura Zelenski representa no sólo el heroísmo de oponerse al gigante del Ejército soviético, sino además de ser una democracia moderna, de las libertades, entonces goza de un apoyo brutal en toda la población, no es un tema que se discuta mucho en las calles, además le ha dado una sorpresa a los ucranianos.
- ¿Hay mucha preocupación en la gente por el reinicio de los ataques que podrían llegar otra vez a Kiev?
El temor es claro, el temor es que los países europeos sigan con la ambivalencia de no armar a Ucrania con armamento más pesado y que en algún momento los rusos pudieran tomar pueblos como Soledar o Marbung, y que eso inflara el nacionalismo ruso y que fuera más difícil contener a Rusia o propinarle otras derrotas.
- ¿Al transitar por las calles lleva alguna vestimenta especial o ya la gente se mueve normalmente?
La gente transita normalmente, cuando hay bombardeos lo recomendable es meterse a los metros, a las estaciones subterráneas, pero camina en las calles normal, pero tampoco es que haya mucha gente en las calles, también porque hay invierno, hay nieve.
- ¿Según sus análisis, por lo visto, por lo vivido, en cuánto tiempo se podría acabar la guerra, está cercano, está lejano?
Esta es una guerra que puede durar años o que puede terminar en seis meses, depende de muchos factores, entre otros, si Rusia pierde posiciones o Ucrania le propina nuevos golpes al Ejército ruso, pues muy posiblemente Putin no solamente puede perder el poder sino su vida, creo esto puede convertirse en un conflicto como la Segunda Guerra Mundial del cual América Latina no está exento.
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