Incertidumbre y zozobra existe entre los habitantes de la provincia de Ocaña debido al paro armado de 72 horas adelantado por el Eln.
Las empresas transportadoras suspendieron el despacho de vehículos hacia la zona del Catatumbo y la ciudad de Cúcuta para evitar inconvenientes. En común acuerdo con los socios se apagaron los motores de los automotores que ofrecen el servicio en esta región del territorio nacional.
El gerente de la Cooperativa de Transportadores Unidos, Román Alberto Jácome manifiesta que la gente por temor no adquirió los tiquetes hacia las distintas rutas donde prefieren postergar las citas médicas o compromisos laborales.
Para no arriesgar la vida tanto de conductores como de pasajeros y el patrimonio económico de los afiliados, el servicio estará paralizado durante tres días hasta el próximo sábado.
También existen restricciones en el intercambio comercial con la costa norte colombiana por la voladura de un puente en el municipio de Pailitas, sur del departamento del Cesar.
Impacto en el sector comercial
El presidente de la Asociación de Comerciantes de Ocaña, Felipe Nery Meza Quintero lamenta las acciones terroristas a comienzo de cada año lo que genera el estancamiento económico de las regiones.
“La parálisis con la zona del Catatumbo es total con el agravante en las arterias viales hacia la capital del departamento y la costa norte de Colombia donde han instalado carro bombas y derribados puentes, lo que dificulta el intercambio comercial”, dijo.
Asegura que luego de la crítica situación generada por la pandemia guardaban las esperanzas de la reactivación económica, pero el fenómeno ha sido contrario con el incremento de los precios en los productos de la canasta familiar por la falta de insumos. “Ya comenzamos mal, es difícil superar la crisis y más con este paro que adelanta la insurgencia sin tener en cuenta los efectos en el pueblo”, recalcó.
Instó al Gobierno Nacional a buscar acercamientos con los grupos en conflicto para que no se siga afectando el desarrollo en las provincias. “En la capital no se siente los coletazos de esas acciones, en el Catatumbo los campesinos sufren los rigores de esa guerra y no puede sacar los productos perecederos”, agregó.
En efecto, la suspensión del transporte puede ocasionar desabastecimiento en las plazas de mercado y el descalabro económico. “El labriego sufre mucho, pues aparte de la pandemia debe sortear la situación del orden público y luego vienen los fenómenos climáticos, entonces nunca encuentra un alivio a sus problemas”, agregó.
A lo anterior se agrega la dificultad del ingreso de los insumos para la cría de pollo y la industria porcina, lo que ocasiona alzas considerables, explicó.