El vacío que dejó su muerte, el incesante dolor y la sed de justicia que ardía en el pecho de su familia, empujaron a los seres queridos de José Enrique Vásquez Morillo a no quedarse de brazos cruzados.
Lea más: Golpearon y abandonaron a una mujer afuera de un motel en Ocaña
Mientras el presunto sicario caminaba por el barrio como si nada hubiera pasado, como si no llevara sangre en las manos, ellos alzaban la voz, tocaban puertas y exigían respuestas.
Fueron meses de insistencia, de no rendirse. Hasta que, finalmente, el pasado sábado, en una gallera del barrio Antonia Santos, uniformados adscritos al Distrito Dos de la Policía Metropolitana de Cúcuta lograron detenerlo. El hombre señalado de haber cometido el crimen en agosto del año pasado, en la parte baja del barrio Tucunaré, ya no podrá seguir escondiéndose.
El mando
La compleja situación en Venezuela obligó a José Enrique a dejar su natal Valencia y mudarse a Cúcuta, hace aproximadamente siete años. Se estableció en el barrio Tucunaré, donde conoció a su compañera sentimental y formó un hogar junto a ella en el sector conocido como La Finca.
Según sus familiares, José Enrique era un hombre trabajador, que nunca tuvo problemas con nadie. Se ganaba la vida en una arrocera y regresaba a su casa a descansar.
Pero en ese sector se impuso la presencia de Jorge Daniel Hidalgo Farfán, un joven, de 27 años, apodado el Gallero, también venezolano, quien se convirtió en el nuevo mandamás tras la desarticulación de una banda delincuencial que operaba en la zona.
Siga leyendo: Luego de cuatro días desaparecido, encontraron muerto a 'Chepe' en Ocaña
“En el barrio manda el Gallero. Es un pelado que también viene de Venezuela y es el que supuestamente expende la droga. Aprovechó el vacío de poder y se metió a manejar todo esto”, relató un residente.
Agregó que “él es quien decide qué se hace y qué no se hace en el barrio. La gente le tiene miedo, amedrenta a las familias y hasta las saca de los ranchitos”.
Al parecer, ya desde el año pasado este hombre estaría involucrado en algunos ataques a bala que se registraron en la zona, como una especie de ajuste de cuentas por temas de estupefacientes. La comunidad recordó un caso donde dejó gravemente herido a un hombre, y una de las balas le destruyó un ojo.
Desde entonces, el Gallero empezó a estar en el radar de las autoridades.
Además: Incendio al interior del centro comercial Unicentro de Cúcuta
¿Todo por una discusión?
En agosto de 2024, el Gallero protagonizó una fuerte discusión con José Enrique, justo al frente de su casa en el sector La Finca. Todo se originó por un lote ubicado al lado de la vivienda de la víctima, el cual el presunto expendedor pretendía usar como punto para vender droga.
“Ese terreno era oscuro y peligroso, ahí robaban y se drogaban, entonces la pareja mandó a instalar luz para mantener a raya a los delincuentes. Pero, el Gallero quería adueñarse del lote para montar ahí su punto de expendio”, explicó una fuente, cuya identidad se mantiene en reserva.
José Enrique se opuso. Le dejó claro que ese lote no le pertenecía y que no podía hacer con él lo que quisiera. A pesar de que la discusión fue subiendo de tono, terminó con un apretón de manos y con el Gallero dándole la razón. Lo que la familia nunca imaginó fue que, solo una semana después, el joven regresaría a cobrarle la vida.
También: Cayó alias Carecortada en Chile, uno de los más buscados de Cúcuta
El día del crimen
El 11 de agosto de 2024, a eso de las 9:30 de la mañana, José Enrique salió junto a su compañera sentimental en una motocicleta hacia un supermercado cercano para hacer unas compras y preparar el desayuno.
Al regresar a su casa, su pequeño hijo fue quien les abrió la puerta. En ese momento, habrían aparecido alias el Gallero y otros dos hombres.
Según la información suministrada a este medio, cuando los tres vieron llegar a la pareja, uno de ellos le entregó un arma de fuego al Gallero, quien le apuntó directamente a José Enrique y le ordenó que se bajara de la moto.
Al hacerlo, sin mediar palabra, le habría disparado en varias ocasiones, dejándolo tendido en el suelo.
Mientras su pareja sentimental corría desesperada a la casa de una vecina para esconderse y su hijo se refugiaba debajo de una cama, uno de los hombres gritó: “¡termínelo de matar, porque está vivo!”.
Entonces, presuntamente, el Gallero regresó y lo remató. Tras cometer el crimen, los tres huyeron hacia otra invasión cercana. Los familiares trasladaron de inmediato a José Enrique al Policlínico de Atalaya, donde se confirmó su muerte.
Más aquí: Esperó algo por media hora y le llegó la muerte en la avenida Las Américas en Cúcuta
Capturado en una gallera
Desde ese trágico día, los seres queridos de José Enrique no descansaron hasta lograr que su presunto asesino fuera capturado. Tocaron puertas, insistieron ante las autoridades y siguieron cada pista, aunque por meses no obtuvieron resultados.
“Cuando ocurrió ese crimen, intentamos ubicarlo varias veces, pero no dábamos con él. Teníamos reportes de cuándo llegaba al barrio, pero se escabullía por los caminos que conoce bien. Esa zona tiene muchas rutas de escape”, explicó una fuente judicial.
Este sábado, la familia recibió una nueva pista: alguien lo vio pasar hacia el barrio Antonia Santos con un gallo bajo el brazo. Se sabía que era aficionado a las peleas de gallos, y de ahí surgía su alias. De inmediato, avisaron a las autoridades, que a las 11:55 de la noche llegaron al lugar señalado.
Allí le hicieron efectiva una orden de captura que tenía vigente por los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas. Aunque intentó escapar por la parte trasera de la gallera, los uniformados lo atraparon.
Al cierre de esta edición, Hidalgo Farfán permanecía a la espera de que un juez le definiera su situación jurídica.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion