En menos de un mes, los residentes de dos barrios aledaños en la ciudadela Juan Atalaya han visto cómo sus vigilantes informales son víctimas de ataques a disparos. La víctima más reciente fue Óscar Humberto Beltrán Rodríguez, quien laboraba en Motilones.

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Mientras trabajaba, Óscar ‘echaba ojo’ en la esquina de la calle 9 con avenida 5 del barrio, frente a una reconocida farmacia, donde fue interceptado por un sujeto en una motocicleta que desenfundó un arma de fuego y le disparó dos veces a la cabeza.

Toda la comunidad quedó consternada en la noche del pasado lunes, 11 de agosto, de inmediato se acercaron a la escena para verlo tendido sobre el andén junto a un carro rojo parqueado allí, un charco de sangre empezó a formarse bajo su cuerpo. En tanto, el victimario aceleraba la moto para huir a un rumbo que sigue sin conocerse.

Óscar, con su ropa de trabajo, una gorra negra y un saco del mismo color para aguantar las frías brisas de la noche, agonizaba ante la mirada de esas personas que solía proteger. El caos y el desconcierto se apoderó de los testigos, quienes veían como una persona que trabajó durante varios años en esa zona estaba perdiendo la vida.

Rápidamente alertaron a las autoridades y gestionaron su traslado de urgencia a un centro médico, pues su estado era delicado. Una patrulla de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) llegó para atender la situación e iniciar la investigación, con la recolección de testimonios y material probatorio dejado en la escena.

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En tanto, la víctima era ingresada al Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde apenas un par de horas después del ataque, a la medianoche, se confirmó su fallecimiento. El luto embargó toda la comunidad de Motilones y a la familia de Óscar.

“Me dejaste un vacío enorme, dame muchas fuerzas para poder con esto, papito. Me dejaste sola, a tu niña, te amo mucho, quisiera que estuvieras a mi lado y dijeras que es mentira. Cuídame desde donde estés, mi amor, eres mi angelito”, publicó una de sus hijas en redes sociales.

Los vecinos también expresaron su luto ante la pérdida de un miembro querido de la comunidad que prestó sus servicios al barrio durante años. “Siempre fue un hombre muy honesto y correcto, aquí le teníamos mucho cariño por todo el cuidado que nos brindó”, comentó uno de los residentes de Motilones.

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