Carlos Alberto Gómez recuerda con dolor y suma claridad los últimos momentos de vida de su hija de 12 años, antes de que fuera asesinada presuntamente por Nelson Rodríguez Anaya, por ingresar a una propiedad privada.

El padre relató que todo sucedió durante una jornada de pesca en la vereda El Bambú, zona rural del municipio de Rionegro, Santander, donde estaba acompañado por su hija y un amigo, en la mañana del pasado 9 de agosto.

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Cuando regresaban, se encontraron con Rodríguez Anaya, quien al parecer estaba bajo los efectos del alcohol. 

“Nos dijo que eso era propiedad privada y que nos fuéramos por el río. Nosotros no dijimos nada, seguimos tranquilos porque no estábamos haciendo nada malo”, contó.

Instantes después, cuando estaban cruzando el río, escucharon un primer disparo, pero no imaginaron lo que vendría.

“De un momento a otro sonó otro tiro, miro y la niña me cae al piso y me dice: ‘Papi, no puedo respirar’. Cuando la vi ya tenía un tiro en la garganta”, recordó con la voz entrecortada.

Rodríguez Anaya fue capturado por las autoridades en flagrancia. El reporte de la Fiscalía, conocido por Vanguardia, coincide en que el acusado salió de un predio armado con una escopeta, exigiendo que apagaran las linternas y se retiraran.

Pese a las amenazas, las víctimas continuaron su camino hasta que el sujeto disparó dos veces. Una de las balas impactó en el cuello a la niña, quien fue trasladada de urgencia a un centro asistencial. A pesar de los esfuerzos médicos, perdió la vida.

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Piden justicia por el asesinato de la menor en Rionegro

Carlos Alberto pide ahora justicia ante la muerte de su hija.

“Yo lo único que pido es que hagan su trabajo bien hecho y que le den el castigo que se merece”, exigió el padre, destrozado por la pérdida.

En audiencias preliminares, al señalado homicida le fueron imputados los delitos de homicidio agravado en concurso con porte ilegal de armas. Un juez le dictó medida de aseguramiento en centro carcelario.

El último adiós de la niña será en la vereda El Bambú, donde familiares, amigos y vecinos se han unido para apoyar a la familia.

“La comunidad nos está ayudando bastante porque somos de bajos recursos”, expresó Carlos, agradecido por la solidaridad en medio del dolor.

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